Todavía estamos a tiempo

Rocío Silva

Diana, usted lleva cinco meses al frente de la administración municipal de la ciudad, y no mismo atina, para empezar los directores y gerentes de empresas públicas municipales, se corresponden, en la mayoría de los casos, a méritos logrados en el quehacer de gestión cooperativa; de ellos no hay perfiles profesionales expuestos, planes de trabajo, y son removidos de sus cargos, rato menos pensado.

Esta inestabilidad institucional administrativa, no se sabe si nace en la confusión conceptual entremezclada con cálculos politiqueros, o es el abono proporcionado por asesores de larga y oportunista data, o del miedo a trabajar en equipo en pro de la ciudad. En este sentido, no acuda a lo difícil, que es esa aberración que se repite con demasiada frecuencia, que toma forma en el culto a la persona; mejor huya de quienes le profesan veneración, porque a lo largo de la historia ha habido muchos casos de devoción indebida y exagerada a personajes autoritarios y despóticos. Ese pernicioso culto a la personalidad, casi siempre está asociado con el autoritarismo como estilo o el totalitarismo como sistema político.

Las sociedades democráticas no existen en sí y por sí, sino para sí; Ambato es un colectivo humano, orgánico, que debería vivir en activa interrelación de todo tipo, cultural, social, económica, técnica, productiva; porque la administración municipal, supone crear, recrear, desarrollar y proyectar institucionalidad que expresa sus relaciones: económicas, jurídicas, artísticas, culturales, étnicas, productivas, etc., que facilitan, sustentan y posibilitan la vida orgánica. Así, solo así, Ambato pervivirá en los colectivos humanos, como viables, con destino cierto y, sobre todo, con garantías de permanencia y continuidad.

Diana, no es dable, que se siga de contradicción en contradicción, que todo se concentre en un círculo hermético, que los medios de comunicación no puedan acceder a la información de varias dependencias públicas, que todo se limite a ruedas de prensa que anuncien conciertos, que justifiquen acciones que nada tienen que ver con las competencias municipales. Tenga recelo del poder Diana, porque el poder sino está avalado de consensos, es una combinación peligrosa de soledad, miedo y ambición, que atenta contra la sana convivencia social y más bien, apunta al fracaso político.

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