Joffre Villalva Cassanello
Sentir con mayor intensidad, ser muy intuitivos y llegar hasta el fondo de las cosas; nos ayuda emocionalmente a conocer a los demás y ayudarles en base al control que podemos demostrar, evitando ser más reactivos emocionalmente.
Esta forma de vida tiende a evitar los deportes de equipo, en los que parece que todo el mundo está observando tus movimientos, tu aciertos y ocurrencias para elevar la crítica, por ello moverse en bicicleta o elegir senderismo, salir a correr, nos sea más gratificante; incluso yo diría el hacer las caminatas abstraído del mundo y rodeado de la naturaleza y sus sonidos. Sin embargo; para decir la verdad, mostrarnos conscientes de las sutilezas y de los detalles podría dificultar nuestra toma de decisiones, sopesar cualquier consecuencia posible. Y es que los que vivimos del mundo interior tendemos a ocupar ese don de pensar por unos momentos para hacer consciente nuestra toma de decisiones de forma concreta; aquí cabe la diferencia entre los egoístas y negativos; mientras que podamos darnos cuenta de los detalles de una situación, los narcisistas suelen caracterizarse por un sentido inflado de la propia importancia y una necesidad de
atención y admiración constantes, esto les lleva a ser manipuladores y explotadores en sus relaciones, mientras que los egocéntricos, la gran mayoría de gente que piensa en sus propias metas antes que las metas comunes con los demás; llegan a ser simplemente egoístas.
Pero ofrecer una salida a los problemas es en verdad un don que no tienen los egoístas y negativos; este último grupo, los negativos tienen la capacidad de afectar directamente a tu nivel de felicidad y bienestar, por eso acaban por no aportar nunca cosas positivas. Tal vez no sea siempre posible alejarse de ese tipo de personas y hay que buscar formas de lidiar con ello y que no afecten a tu calidad de vida, debes brindar la confianza a todas las personas que quieras en tu vida, evitando la gente extrema que se muestre egoísta, narcisista, negativa.