Francia y DDHH

Iván Paredes

El país del amor, las libertades y, del gran militar y Emperador Napoleón Bonaparte, hoy se encuentra convulsionado por faltar a principios humanos como es el derecho a la vida, que hasta la misma organización de las Naciones Unidas le ha llamado la atención para que reflexionen y revalúen sobre el procedimiento legal, policial y judicial contra sus conciudadanos que han sido atropellados durante muchos años y que, hoy se ha derramado la gota del vaso con el asesinato de un joven de 17 de años de origen argelino, de parte de un miembro policial, dejando en entredicho su actuar, accionar y lucidez al momento de tomar una decisión en el ejercicio de su profesión.

Este abrupto episodio que terminó con la vida de un chico que hizo caso omiso a detenerse y bajarse de su vehículo, producto de su ello, un policía lo dispara sin medir las consecuencias que están viviendo en los últimos siete días, encontrándose cerca de un millar de personas detenidas por las protestas que se han generado y la destrucción de bienes públicos y privados, convirtiéndose en un caos el país, alertando a los Estados sobre el control y límite de sus fuerzas armadas frente a ciudadanos que no son parte de organización delictiva o representan una amenaza social.

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, fue proclamada por Francia en 1789, convirtiéndose en el antecedente primordial para la Independencia de varias Naciones, por su texto tan amplio, argumentativo y contextualizado, que entre sus líneas señala “el derecho imprescindible del hombre es la Resistencia a la Opresión”.

 

Por ello, debe ser extremadamente analizado y estudiado el porte de armas, desde el principio de causalidad; de lo contrario, los resultados pueden ser catastróficos, porque, el principal derecho es la vida, sin ella nada tiene sentido.