Yin y Yang

Ruby Mena Melo

Ruby Mena Melo

El principio del Yin y el Yang en la filosofía china es que todas las cosas existen como opuestos indivisibles y contradictorios. 

Así, mientras el Yin simboliza lo oscuro, el agua, lo intuitivo y la capacidad de nutrir la vida, el Yang constituye el ímpetu, lo luminoso, la expansión y el fuego.

Gráficamente, el concepto se suele representar como la parte oscura, normalmente negra, figurando el Yin y la parte clara, normalmente blanca, el Yang.

Los dos opuestos se atraen y se complementan, como lo ilustran sus símbolos, cada uno con un elemento del otro en su centro.

La teoría del Yin y el Yang nos dice que cada uno ha entrado completo en este mundo. En nosotros se conjugan habilidades y cualidades que en sí mismas forman algo diverso y a veces contrario. Pero creemos que tenemos un conjunto de características muy específicas y definidas. Por ejemplo, podemos pensar en nosotros mismos como nobles, sabios y amables. Sin embargo, también olvidamos que la violencia puede ocurrir cuando menos se la espera.

En la actualidad, nuestra visión personal se limita a ver todo aquello que nos envuelve en términos absolutos. “Las personas son buenas o malas. Eres racional o eres emocional. Si no eres inteligente, eres ignorante. La felicidad es lo opuesto a la tristeza”. 

Son dos mitades que juntas forman un todo, también el punto de partida para el cambio. Cuando algo es ‘un todo’, por definición, es inmutable y completo. Así que cuando se divide en dos mitades como en el Yin Yang, se altera el equilibrio de la totalidad. Esto hace que ambas mitades se persigan mientras buscan un nuevo equilibrio entre sí. Existe un poco de ‘bueno’ en lo ‘malo’, y siempre hay algo ‘malo’ en lo ‘bueno’.

“Acepta tu lado oscuro, entendiendo que te ayudará a moverte con la luz. Conocer ambos lados de nuestras almas, nos ayuda a todos a avanzar en la vida y comprender que la perfección no existe”. -Martin R. Lemieux

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