Retrocedemos

Verónica Narváez

Verónica Narváez Terán

El permiso de porte de armas trae una serie de cuestionamientos de diferentes sectores de la sociedad, para mí se resume en el ensayo mal hecho de la saga de películas «La Purga» (En EEUU una noche al año es legal matar, supuestamente para sanear al país de los delincuentes).

«A groso modo» se entiende sobre todo las similitudes, tenemos una política nacional donde se da cabida e incentiva a que la misma ciudadanía, como su familia, sus vecinos y usted manejen armas de fuego para defendernos de la violencia, que por falta de existencia de otra política nacional nos garantice la acción del gobierno en todos sus niveles sobre los delincuentes. De sobra mencionar: falta de rigurosidad y garantías de la ley contra los delincuentes, para todos es evidente que hay más garantías a favor del delincuente; falta de control de la institución competente en las calles ( roban en la Av. 29 de mayo y Tsáchila, en los buses de recorrido universitario, hay zonas donde es «voz populi» el riesgo que uno corre) 

Luego, al mero estilo de los años 40 todos estarán jugando a usar pistolas como sinónimo de poder y obvio los «más machos» serán los que porten la pistola «más grande». Eso sí, en letras chiquitas está claro que los legalizados  sí serán bien sometidos a la ley;  Aumentará el mercado negro de armas o se mantendrá igual, al igual que el número de delincuentes que son liberados por razones poco entendibles para el todos.

Aquí, no hay más o menos vulnerables de la sociedad, aquí estamos naturalizando la violencia, escudando a la falta de política que garantice la seguridad, volviendo a la ley «del más rudo», en resumen es un retroceso de la sociedad.

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