Adriana Morocho
En un mundo polarizado y ruidoso, marcado por conflictos, divisiones y desigualdades, Mahatma Gandhi resuena como un faro de esperanza y sabiduría, su praxis consistía en escuchar a la gente y entender sus necesidades y deseos a nivel profundo, lo que le ayudó a ganarse el apoyo de las masas y a liderar movimientos populares.
Se habla tanto del gozo de estar rodeado de personas, que la introversión se la aprecia inverosímil en estos casos. Y es que este estilo de personalidad no es un obstáculo para lograr cambios significativos en la sociedad; y en esto Mahatma Gandhi es un ejemplo poderoso de cómo las cualidades introvertidas, como la empatía, la resistencia pacífica y la perseverancia pueden ser herramientas efectivas en la lucha por la justicia y el cambio social, palabras venidas a menos hoy en día.
Mahatma Gandhi es reconocido por la resistencia pacífica en la historia moderna, enfocada en la no violencia, misma que fue esencial para liderar una lucha a largo plazo por la justicia. Su enfoque conocido como Satyagraha, se convirtió en la herramienta para enfrentar la opresión, modelo para movimientos de liberación y justicia social en el mundo entero.
Satyagraha no era simplemente una técnica política, sino un principio ético y filosófico fundamental que guiaba su vida y su lucha por la justicia basado en la verdad y la justicia. Así comenzó su labor en la política y el activismo pacífico por los derechos civiles.
Gandhi llevó a cabo innumerables campañas de resistencia pacífica durante su vida, cuya estrategia consistía en no cooperar con las leyes injustas, pero sin incurrir a la violencia, lo que demostraba el poder de la resistencia pasiva y la determinación moral.
El legado Gandhi continúa inspirando a generaciones de personas en todo el mundo a luchar por un cambio positivo a través del amor, la verdad y la no violencia. A pesar de la crisis y el caos, la esperanza prevalece. Encaminémonos al cambio que deseamos ver en el mundo. La coherencia entre ideales y acciones es fundamental.