Producción sostenible

Verónica Narváez

¿Cuál es primero, el productor sostenible o el consumidor responsable?

Frente a esta pregunta se han generado grandes discusiones, tanto en el ámbito social como empresarial, de su respuesta y nivel de propiedad nacen las responsabilidades o las inacciones en la necesidad de proteger los recursos naturales que son insumo de producción.

En datos, los seres humanos hemos aumentado 1000 veces más la tasa de extinción, el sistema mundial de “extraer-producir -desechar” conocido como economía lineal, se duplica cada 25 años, esta producción es insostenible vs una producción circular que permite quintuplicar la productividad de los recursos naturales, es decir sostenible.

Los históricos son claros; Sin embargo, no se entiende el por qué de la dificultad de su implementación y muchas respuestas atienden a que el consumidor no exige un cambio del producto o servicio, a pesar que una vez más en referencias bibliográficas se estima un ejemplo que el 72% de 30000 personas de los cinco continentes creen que las empresas no cubren las expectativas de generar un “bien social”, y aquí llego a una premisa de Lacy Peter y Rutqvist Jakob (2015), que personalmente la acojo en esta reflexión, como la respuesta clave para esta gran pregunta de responsabilidades, y dice: “Un negocio apoya o beneficia a los clientes produciendo beneficios y activos para la sociedad, no pasivos y perjuicios”

Es decir, el repensar los productos y servicios en un esquema circular (produce-consume-gestiona residuos- usa los residuos como insumos) permite cambiar el hábito de consumo de la sociedad, una vez enganchado el consumidor la demanda por productos y servicios sostenibles aumenta, logrando generar los beneficios sociales, económicos y ambientales que enmarca el Desarrollo Sostenible (ODS12). La clave es la difusión de información para el consumidor y productor.

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