Henry Basurto Jimbo
Un proceso de transición presidencial ha empezado, todos los ecuatorianos nos sentimos expectantes ante las ofertas de campaña, que mediante la implementación de las diferentes políticas públicas han de cumplirse, al menos esperamos eso. Los ecuatorianos queremos un nuevo Ecuador, en el que sencillamente sea posible vivir en paz, sin las rivalidades políticas que lo único que han hecho, es que nos encontremos en fuego cruzado, desprotegidos y sin que a alguien le importemos.
Mantener la esperanza de que vendrán días mejores, especialmente en la seguridad, es lo que nos debe unir. Esperemos que los ofrecimientos de las bancadas legislativas, en cuanto al apoyo de gobernabilidad al nuevo mandatario, no solamente sea un eslogan para mantener la confianza de la ciudadanía para sus intereses particulares para 2025, sino que sea ejecutable en este año y medio que le queda al nuevo mandatario, a quien se le ha encomendado la administración de este país herido de muerte.
Nuestro rol como ciudadanos debe ser también el de velar y exigir que se cumplan los discursos pregonados ante cientos de ciudadanos, los cuales han sido endulzados con ofertas de cambio, empleo, seguridad, cuidado y hasta de un cupo seguro para nuestros jóvenes que aspiran alcanzar una profesión. No podemos permitir que nuevamente nos vuelvan a engañar y por las circunstancias del país, aprovecharse de la intranquilidad en la que estamos viviendo.
Si cabe, todos los ecuatorianos debemos juntar las manos, las mentes, derrocar la corrupción, apoyar un gobierno que históricamente tiene al mandatario más joven; debemos empezar a hacer patria, la que todos queremos, cambiar nuestro presente, para tener un mejor futuro y empezar desde casa a inculcar buenas costumbres a nuestros pequeños. Ha llegado el tiempo de trabajar por un nuevo Ecuador, libre, seguro y próspero.