Nos falta amor

Delia Steinberg Guzmán

Desde siempre el ser humano se ha interesado por saberlo todo acerca del amor: qué significa, qué alcance tiene, cuál es su profundidad, cuál su significado. Y, sobre todo, la relación del amor con la felicidad. Es como si el ser humano, al encontrar el amor, hallase la felicidad al mismo tiempo.

Decían los viejos filósofos que buscamos lo que no tenemos, ya que si lo tuviésemos no habría de buscarlo. Y que el ser humano ama lo que le falta, y porque le falta lo ama; cómo se siente incompleto, tiende hacia aquello que considera importante para sentirse plenamente humano en su totalidad.

Si buscamos lo que no tenemos y amamos lo que nos falta, es que desgraciadamente no tenemos felicidad y nos falta amor. Esta es la gran paradoja de nuestro siglo: cuanto más hablamos de algo, más denotamos la carencia de aquello de lo que estamos hablando.

Hoy se llenan páginas y páginas acerca del amor, considerado en sus más diversos aspectos, pero cuando nos encerramos un poco en nosotros mismos para ver cuánto amor hay en nuestro interior, en la humanidad, en el mundo en el cual vivimos, la conclusión a la que llegamos es que hay poco amor; mucha palabra y poco sentimiento.

Nos falta amor, y por eso salimos todos en su busca, y somos capaces de hollar cualquier camino, el que la moda nos ponga delante o el que el discernimiento nos pueda dictar, con tal de encontrar ese amor, esa felicidad, que estamos seguros de no poseer.

El que ama se enriquece, porque busca lo que no tiene e intenta recobrar aquello que le falta. Según Platón, lo Bello es igual a lo Justo, a lo Bueno, a lo Verdadero; y el amor busca, porque lo necesita, lo bello, lo justo, lo bueno, lo verdadero, lanzándose tras de ello.

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