Nikola Tesla

Fernando Gudiño

Fernando Gudiño

Es increíble como desde hace unas décadas se ha reivindicado la figura de un personaje que en vida, fue condenado al ostracismo. Pacifista, excéntrico, controversial y uno de los más grandes inventores de todos los tiempos, Nikola Tesla.

De etnia serbia, nació en 1856, en el desaparecido Imperio Austrohúngaro, en Smiljan, una pequeñísima localidad ubicada en la actual Croacia. Desde joven destacó su inteligencia y trabajo, pues cursó en solo 3 años el programa de estudio de 4 años en su «gymnasium» (equivalente a bachillerato). Cursó estudios superiores en dos ocasiones, aunque no los culminaría. Mientras vivía en Francia empezó a trabajar como ingeniero en una de las fábricas de Edisson, desde donde se trasladó a EE.UU. con una carta de recomendación. Fue protagonista de la guerra de las corrientes, de la que, el verdadero vencedor, sería su patrocinador George Westinghouse.  Jamás se casó, pues afirmaba «no creo que puedas nombrar muchos grandes inventos que han sido hechos por hombres casados».

Prolífico inventor, su primer gran invento fue el motor de inducción, y sus investigaciones con la electricidad, los campos electromagnéticos, permitieron que hoy conozcamos la radio, la comunicación inalámbrica, el radar, el láser, el control remoto, los rayos X y a más de 700 inventos en distintos ámbitos.

Místico, realizaba aseveraciones como «Todo lo que alguna vez hemos visto, escuchado y leído nos acompaña en forma de partículas de luz» o «si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración«. Por ello sus colegas lo tildaron de «Visionario». Murió pobre y en soledad de trombosis coronaria, a sus 86, en una habitación del Hotel The New Yorker Wyndham.

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