Moral relativa

Bayron Sandoya Valdiviezo

Por lógica, la ética y la política deberían ir juntas, los actores políticos en una elección popular van adquiriendo compromisos, van conformando alianzas y cuando algunos llegan al poder, cómodamente transitan separando la ética de la política, como consecuencia de aquello su autonomía moral disminuida y pierden el rumbo por el cual fueron elegidos.

Inician sus discursos con contenidos irreales, no importa si estas promesas pueden ser cumplidas, la mentira forma parte del juego político, jamás sabremos de las verdaderas intenciones, como decía Rousseau: “El discurso termina convirtiéndose en el vehículo de engaño para impresionar la conciencia de los injenuos”

Ejercer la dirección, la administración y el control de una institución pública, demanda de conocimiento, todos los gobiernos autónomos descentralizados del país deben contar con un plan de desarrollo y ordenamiento territorial (PDOT) que determina los objetivos y estrategias particulares para el desarrollo local, si no hay conocimiento adecuado al respecto, cada acción de gestión de las autoridades repercutirá negativamente y de manera directa en la ciudadanía.

En estas fechas ya se están perfilando los posibles candidatos de los movimientos y partidos políticos, ya están buscando diferentes estrategias para ser tomados en cuenta ¿sera que escogen los candidatos más idóneos?

La ausencia de la moral se pone de manifiesto cuando solicitamos o aceptamos un cargo público sin estar preparado, se ve necesario restaurar los espacios de poder que orienten y dirijan a los ciudadanos, es necesario que del seno mismo de los movimientos y partidos políticos, busquen estrategias para seleccionar a sus mejores cuadros políticos, en definitiva no se quiere solamente ciudadanos preparados para ejercer un puesto público, que reúnan, sabiduría, prudencia y demuestren inteligencia, sino principalmente sensibilidad, autoridad y ética.

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