Informaron la gestión, se ensamblaron potenciales acercamientos con el legislativo, se ofreció trabajar en pos de lo social y económico, se buscará aplacar la inseguridad, fortalecer el servicio público y robustecer la economía, todo esto en el marco de la rendición de cuentas del Presidente de la República. Pero afuera, en la calle, la agenda marcada por la oposición y por la ciudadanía se aprecian otras cosas entonces ¿Qué se viene?
En el ámbito político vienen dos cuadros, el primero gira en torno a lo legal pues tanto nuestra Constitución como el Código de la Democracia establecen que transcurrido un año de mandato se podrá solicitar la revocatoria de mandato la cual de tener apoyo social desencadenará acciones que dejarían sin efecto el binomio Lasso – Borrero. El segundo cuadro gira en las elecciones que vienen las cuales generan repercusiones nacionales y se notarán los esfuerzos de la oposición en reducir la fuerza del oficialismo mientras ellos fortalecen sus estructuras, todo con miras al 2025.
En el ámbito social se nota la incertidumbre en cuanto a seguridad, estamos convencidos de que la presencia de la delincuencia en Ecuador no solo es un tema de falta de oportunidades sino es una situación de crimen organizado en búsqueda de establecer su cuota de poder, definitivamente el saldo en seguridad fue negativo para este gobierno. Asimismo, está claro que nuestra comunidad espera se fortalezca el servicio público por medio de la inversión en ejes neurálgicos como salud, educación, vivienda y demás prioridades.
En todo caso es obvio que, si el primer año fue complicado para el señor Lasso, este segundo también lo será pues los detractores y opositores sacarán todas sus armas a relucir mientras que este pueblo exigirá resultados hoy por hoy de manera más enérgica.