El litigio penal es una contienda legal donde las partes procesales tienen la oportunidad de demostrar sus asertos; así el sujeto pasivo que es la víctima, tendrá la obligación de demostrar la responsabilidad del sujeto activo, y, este último tendrá que acreditar su inocencia o desvirtuar los hechos fácticos que le han sido inconados.
Desde el momento en que una persona adecúa su conducta a un tipo penal puede comenzar una etapa investigativa, donde se ponen de manifiesto las pretensiones de la víctima y del agresor; la primera que ataca para encarcelar al causante y conseguir la reparación integral, y, el segundo, para evitar las consecuencias del hecho antijurídico. Claro está que los intervinientes en el litigio enfrentan con ello una etapa llena de problemas que afectan al entorno familiar, causado por el stress que necesariamente produce la serie de diligencias que hay que practicar para la defensa técnica, aparte del tiempo que hay que agotar, sumado a los gastos que se generen.
Ahora bien, hay procesos penales que pueden conciliarse y con esto evitar muchos inconvenientes inimaginables; triunfos para unos y decepciones para otros. En el proceso penal no hay la última palabra dado que si no se tecnifica la defensa, esta puede ser contraria a los intereses de los litigantes; sin embargo, hay muchas infracciones que por su naturaleza no dan la oportunidad a conciliar y terminarán en sentencia, la misma que a la postre puede ser fatal si es condenatoria. De ahí es que si hay la mínima oportunidad de encontrar solución oportuna a los litigios legales, lo más conveniente es aprovechar esa oportunidad para que retorne la paz. Se entiende que el capricho y la soberbia de las partes litigantes contribuirán necesariamente a un fallo, del que nadie sabe quién resultará favorecido y quién no; entonces, los patrocinadores debemos propender a solucionar estos conflictos, por supuesto, sin declinar honor ni dignidad, ya que son muchos los medios alternativos constitucionales y legales que darán fin a litigios innecesarios.