Idioma de la Pachamama

Verónica Narváez

El día sábado hubo una mañana despejada, en el Centro Cultural Tradiantsa, pude compartir una jornada de sensibilización ambiental, empezamos un significativo ritual en el río Chiguilpe, pedir perdón a la madre tierra, al agua, por todo el daño causado, fue el vórtice de emociones y conexión con la Pachamama, ahí presentes con ofrendas que representaban los elementos de la naturaleza se buscaba ser escuchados y sentidos y tuvimos respuesta.

Durante el ritual la calma del entorno fue evidente se escuchaba los sonidos del tambor y el símil de lluvia de los instrumentos sumados con el canto, nos envolvimos en una experiencia que bien quisiera que muchas personas más la puedan sentir.

Cada elemento fue llamado, el agua, el fuego, la tierra y cuando se mencionó el aire, empezaron a caer hojas de un solo árbol sobre los presentes. Así finalizaba el ritual y la naturaleza nos respondía que nos escuchó, entre todo un cañaveral las pequeñas hojas de un árbol cayeron sobre el río y los presentes. Fue mágico y lleno de conexión.

Imagino como la Pachamama buscó una manera de hacerse presente, por medio del fuego no podía, la corriente del río pudo tener justificativos de cambiar, la tierra menos mal no se movió y ahí estaba el aire, mostrando su resiliencia bañándonos de hojas verdes. Ahora pienso todas las maneras de la naturaleza de querer darnos luces, de querer conectar con la humanidad y cuando también responde con terremotos, tsunamis, huracanes o lluvias intensas.

Las respuestas de acción de todos deben ser concebidas de una manera integral que, parte de trabajar en la conciencia individual y colectiva, aprender de las culturas ancestrales es conectar con nuestra propia naturaleza solo así actuamos con conciencia.

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