A partir de la vigencia de la Constitución de la República del Ecuador, 2008, se establece clara la definición de funcionarios públicos, y en la LOSEP, el COOTAD y otras leyes anexas, se integran de elección por el período de función gozando de todas las prebendas salariales.
Es decir, todos tienen la obligación de servir a los mandantes o sea a quienes, con sus impuestos, hacen que sus salarios sean devengados; lo que pasa es que algunos no entienden aún y haber llegado a una función por nombramiento o elección creen que será “para toda la vida” ya no creen en nadie, se olvidaron de las ofertas y hasta de los amigos y familiares.
En las oficinas entregadas para el trabajo, desde sus asistentes cambian de tono y postura, ¿tiene cita? como si los usuarios en algunos casos, los dirigentes o el pueblo debe sacar cita para que sus empleados atiendan, ¿qué tal?
Por horas se espera la atención, al ingresar ni preguntan, sino que con desfachatez le expresan, estoy ocupado, qué es lo que necesita, es decir no dan tiempo para explicar y determinan que a ellos no les interesa llamando a una “guapa” asistente para que pregunte a los superiores sobre el pedido u oferta. Estos funcionarios que, en muchos de los casos no tienen ni presencia física porque son enanos de cerebro, mañana no levantarán cabeza cuando se les termine el carguito.
No son todos, sí hay excepciones en oficinas en donde da gusto hasta sentarse y esperar por la atención que le brindan y aunque en algunos casos no resuelvan su pedido u oferta se siente la satisfacción de haber sido atendido.
Por esta vez no daré nombres de los primeros porque espero rectifiquen su proceder, pero sí agradecer al Ing. Patricio Silva porque en la Empresa sí saben respetar y atender al usuario.