Todo al revés…

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ
JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

Para aquellas generaciones desde los años 50 a los 80, la situación social era normal, al derecho, la palabra bastaba para cumplir los compromisos, los padres cumplían con la responsabilidad de crianza y educación de sus hijos; los profesores eran maestros por vocación, amaban su profesión y a sus alumnos, por tanto entregaban conocimientos y normas éticas y morales a los niños y jóvenes; las autoridades eran honradas; los jueces se ganaban el respeto de la sociedad, cumplían sus labores sin ningún estímulo; llegar a ser bachiller era como tener un título universitario, pasaban a ser los contadores o maestros de escuelas y colegios, en fin, el campesino vendía la leche sin agua, etc., etc.

Llegó el siglo XXI y con ello los avances tecnológicos, la informática y especialmente el celular en el que en un solo aparato manual tenemos teléfono móvil, música, radio videos, internet o intercomunicación con todo el mundo, se vino la globalización. Se puso el mundo al revés, ahora se compran los títulos a cualquier nivel, se compran sentencias, y se compran cargos públicos, incluso candidaturas.

Los legisladores que siempre están buscando la nueva reelección, legislan a favor del facilismo, mantienen la legislación laboral caduca, que no invita a las empresas a venir a Ecuador, por tanto los trabajadores ganan su sueldo así no trabajen, ya nadie quiere producir, ejemplo, los burócratas creen que servir al ciudadano es hacerle un favor, cuando no comprenden que son empleados que ganan un sueldo producto de los impuestos; el policía tiene miedo a los delincuentes, los hospitales no tienen medicinas, no hay políticas de prevención; ¿qué hacer en esta crisis?

Apostemos por las nuevas generaciones, como no es tan fácil corregir temas sociológicos a corto plazo, sin que esto sea imposible; crear escuelas y colegios de alto rendimiento, con docentes especializados en el extranjero, para que formen a las nuevas generaciones tanto en el conocimiento científico y tecnología, pero especialmente en valores, para convertir al nuevo ciudadano en persona de bien, capaz de servir en cualquier cargo con honradez; a la vez desarrollar el país para que exista la posibilidad de empleo y equidad para todos.