Filosofía y crisis 

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero P. 

Cuando hablamos de crisis pensamos en cambios bruscos e impetuosos que afectan a nuestra vida; y frente a estos, por lo general, solemos sentirnos vencidos, inconformes y hasta le echamos la culpa a Dios de “nuestra desgracia”. 

Dolor, desconcierto, temor, ira son asociados a la crisis. La etimología de la palabra “crisis”, en griego “krisis”, asociado al verbo “krinein, implica juzgar, decidir o separar. En filosofía hablamos de “crisis como oportunidad”, como capacidad de discernir ante un escenario de cambio, y verlo como la “oportunidad de reflexionar, comprender y aprender”. ¿Cómo salir de la crisis? Los grandes pensadores nos enseñan que somos materia y espíritu y la crisis se presenta cuando uno desea prevalecer frente al otro. 

Lo óptimo sería lograr que la materia sea el servidor del espíritu, pero en un mundo materialista y consumista como el nuestro, esto se vuelve bastante complejo, pero no imposible. Debemos empezar por entender que a la materia le afecta el cambio, la ley de los ciclos, por lo tanto la crisis es de la materia; el espíritu permanece, siempre “Es”. 

El mundo de los ciclos afecta a nuestra psique (mente y emociones), por lo tanto debemos trabajar con disciplina y voluntad sobre esta. Frente a la crisis, hay que bajar la intensidad emocional para lograr la serenidad para reflexionar, al estar muy alterados no podemos ver con claridad, por lo tanto no se podrá discernir. Reflexionar es ver profundo en nosotros qué ha causado esta crisis, encontrar el detonante del dolor y la frustración. Luego, serena la psique, podremos comprender y actuar. Fruto de la reflexión es encontrar las herramientas para adaptarnos al cambio, lo que en un inicio fueron causa de frustración, miedo o desconcierto, ahora los veremos como la oportunidad de vencernos y salir victoriosos. 

Nueva Acrópolis Santo Domingo