¿Filosofía?

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero P.

Tal vez esta palabra, ‘filosofía’, le resulte extraña, extravagante o incluso incomprensible. Tal vez haya quienes piensen que no les es propia. Pero la verdad es que esta palabra, que significa ‘amor a la sabiduría’, es tan propia e innata en el ser humano que, más bien, debería causarnos extrañeza que no se la considere como tal.

Y es que todos somos filósofos; siempre estaremos buscando ‘saber’. Nuestro día a día está repleto de preguntas y tomas de decisiones, tan simples como  ‘qué ropa usaré el día de hoy’, hasta la profundidad del sentimiento hacia Dios o la comprensión del porqué de la muerte.

¿Quién fue el primer filósofo en la vida de cada uno? Pues nosotros mismos, cuando en la infancia preguntábamos una y otra vez sobre la misma cosa, y la respuesta debía ser muy satisfactoria como para pasar a proponer otra. Esa innata necesidad de saber, de encontrar respuestas al movimiento de una oruga, al volar de una mariposa o al color del cielo. ¿Es que usted, de niño, no se preguntó porque le sigue la luna cuando camina?

Nos hemos olvidado del quehacer filosófico. Ya no nos preguntamos, o quizás sí, pero es más sencillo y menos incómodo no saber. Tal vez porque la respuesta nos causará dolor o nos moverá de la ‘zona de confort’, porque todas las respuestas están en nuestro interior.

Preguntarnos cosas profundas sobre nuestra vida y el universo es andar en el camino de la mano de Sofía –la sabiduría. Darle sentido a nuestra vida implica un saber por qué y para qué estamos vivos.

La filosofía, como amor a la sabiduría, marca un estilo de vida: la del buscador. Ese ‘peregrino’ que anda por los caminos de la ciencia, el arte, la política, la religión y que, con un hilo mágico, vincula cada una de las cuentas del collar del conocimiento, logrando unir la verdad con el amor.

Nueva Acrópolis Santo Domingo