Etnias en la política

Anita Caicedo

El arte de la política consiste en prometer lo imposible cuando se está en la oposición y justificar la inmoralidad de las medidas tomadas cuando se accede al poder, algo así como negar la acción de la gravedad antes de arrojarse al vacío.

Al mismo tiempo, las medidas económicas se sirven aderezadas con una buena ración de retórica acerca de la necesidad de repartir los esfuerzos, mientras en la práctica se cargan las suertes solo sobre un lado y se deja sin tocar el de los afines.  Juan Fernández Sánchez. Madrid.

Los políticos siguen recortando más prestaciones, pensiones, copago sanitario, cierre de hospitales, ambulatorios, etcétera. Dicen que no hay dinero para mantener una sanidad y enseñanza pública gratuita, pero eso sí, tenemos más aeropuertos, más puertos deportivos, más kilómetros de alta velocidad, más autovías, más viviendas vacías, más corrupción política, más coches oficiales y más políticos que ningún país de la Unión Europea; ¿Cómo quieren que haya dinero?

La política en España se ha convertido en una profesión muy codiciada, de fácil acceso, y bien remunerada y en algunos casos vitalicia gracias a las listas cerradas y a leyes votadas por ellos mismos, con privilegios que protegen sus intereses personales y de partido. Los políticos deberían ser ciudadanos con vocación, al servicio del pueblo y que al cumplir su mandato volvieran a su actividad anterior. La perpetuidad en el cargo facilita la corrupción.

Es necesaria la reforma de la Constitución, la ley electoral con listas abiertas y la regeneración de los políticos. Los actuales han perdido la credibilidad, que unido al sistema porcentual de voto en las elecciones da lugar a que siempre sean los mismos.— Fernando Guerrero Barrio. Cornellá de Llobregat, Barcelona.

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