Eternos ‘becados’ 

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Continuando con la segunda parte de este análisis. Fiscales y jueces, quienes acusan y sentencian, tienen confundida a la sociedad con fallos extraños, parecería que tienen sus propios códigos, ya que hacen caso omiso de la ley, y no se compadecen del daño que el delincuente causa a la sociedad. 

Es inverosímil que aquellos que hicieron tanto daño al Estado y a la sociedad, como los recientes casos, de un exvicepresidente con dos sentencias en firme, el caso del “gordo Lucho” y el de Salcedo hasta con prisión de trece años y vuelto a liberar, que, por un fallo írrito de jueces irresponsables, hoy estarían en libertad. Pero claro, estamos en Ecuador, o sea, en la mitad del mundo, es decir, la mitad para él y la mitad para mí.

En este océano de injusticia, el Estado debe decidir, sí mantener a estos “angelitos” no más de cuatro años en funciones, sin posibilidad de renovar su permanencia, a menos que hayan demostrado una acrisolada gestión profesional, siendo calificados por los estamentos de la sociedad civil, hasta para evitar tanta corrupción; ya lo decía el Libertador Bolívar: “No es bueno que las autoridades se perpetúen en el poder”.

Aquello se lograría reformando la Constitución y las leyes efectivas para que actúen diligentemente y con respeto a la norma. Recordando las sabias palabras de la Biblia: “cuando juzgues ni favorezcas al pobre ni complazcas al rico, juzgarás a tu prójimo con justicia”.

Gracias a Dios la Constitución permite al ciudadano observar y denunciar la mala actuación de los funcionarios e incidir en el control de las políticas públicas. No obstante, mientras no haya cambios legales, la sociedad y el periodismo solo observaremos los desafueros y decisiones que causan indignación y asombro cuando otorgan libertad a sentenciados, aquello no es más que libertinaje del juez, que un día el pueblo reaccionará. Hasta que ello ocurra que Dios nos ampare.

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