El Show de los Óscar

Gabriel Villalva Cassanello

La ceremonia norteamericana de reconocimiento a los talentos del llamado séptimo arte, se ha visto este año lamentablemente opacada por el deplorable espectáculo protagonizado por el actor Will Smith, transmitido a nivel mundial. La bofetada que el actor propinó al comediante Chris Rock, fue lo más comentado y una triste demostración de falta absoluta de control, autodominio.

Es evidente que, bofetada primero y lágrimas después, en esta persona no hubo ningún control sobre sus emociones. Hoy al ser una imagen fácilmente reconocible, veo en ello la oportunidad de señalar algo que es más común de lo que pensamos.

Muchas personas carecen de educación emocional y menos hay una idea de cómo educar en ello. Otros piensan que no la necesitan o desconocen la posibilidad de ejercer algún control sobre su mundo emocional y en estas circunstancias, van por la vida cayendo en excesos y absurdos de los que luego no les queda más que disculparse como si con ello el tiempo volviera atrás y el daño fuera reparado.

El valor se confunde con la ira, la fuerza de carácter se confunde con el ser temperamental. Alguien hace poco me preguntaba, ¿Entonces no debo responder, debo hacer como si nada hubiera pasado?, mi respuesta fue: responder sí, reaccionar no. Una respuesta pensada, planificada, en nada se parece a una reacción, instintiva y visceral.

Tal vez son las consecuencias de haber escuchado durante tanto tiempo eso de que el Ser Humano es un animal racional, en muchos, ese es el comportamiento que prima, primero lo animal y luego lo racional. Desde la Filosofía Acropolitana, planteamos algo diferente: El Ser Humano, no tiene por qué comportarse como animal, si reconoce su naturaleza, lo será justamente en la medida en que logre anteponer su capacidad racional al instinto. Eso es carácter.

Nueva Acrópolis Santo Domingo