Voces de Chernóbil

Por Mayra Aguirre Robayo

Está en jaque la capital de Ucrania, Kiev y una Tercera Guerra Mundial se avizora en lo internacional. Rusia y Chinan desatan estrategias por mantener en vilo al mundo en sus manos. La desidia de la Organización de las Naciones Unidas y el papel protagónico del presidente de Francia Emmanuel Macron por la paz son destacables.

La escritora bielorrusa Premio Nobel de Literatura (2015) Svetlana Alexiévich asume el collage como técnica literaria fundida con el periodismo, como una escritura polifónica de novela-oral-novela-evidencia o coro épico. Voces de Chernóbil (1997) relata el accidente nuclear de Ucrania  (1986), que pertenecía entonces a Unión Soviética, como un cataclismo nacional que emitió 1200 toneladas radioactivos con una nube que se extendió 162.000 km² a Europa y Norteamérica.

Su narración produce angustia y dramatismo: un ruido infernal a media noche, el hollín y un calor horroroso abrumaban por el alquitrán del techo de la central que estaba cubierto de asfalto. Niños y adultos (Natasha, Vasia, Liusia) huían de sus hogares, buscaban campamentos. Solo los militares usaban mascarillas. Los muertos tenían los cuerpos desechos con llagas, los huesos bailaban, se les había separado la carne y las vísceras les salía por la boca. Se considera que la Unión Soviética ocultó las cifras de afectados. En 2018 se registró que 1,8 millones de personas fueron víctimas del desastre.

Solo la perestroika de Mijaíl Gorbachov, en 1991, con el acercamiento económico a Occidente y la liberación informativa le permitieron a Svetlana Alexiévich publicar sus obras. La guerra no tiene rostro de mujer (1985) fue reescrito en 2002, para introducir fragmentos tachados por la censura. Las mujeres cuentan la parte heroica de la Segunda Guerra Mundial y también la suciedad, el frío, el hambre, la violencia sexual que padecieron. El apartado “Yo fui la única que regresé con mi madre” narra que una enfermera vio tantas brazos y piernas amputados que creía que todos estaban heridos y muertos. La encrucijada entre ideales, realidades y Stalin; ahora, Putin ha tomado la batuta del autoritarismo y el exterminio.

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