Los jóvenes pondrán presidente

Ugo Stornaiolo

Elecciones presidenciales de 1996. Los favoritos eran el socialcristiano Nebot y el exalcalde de Quito, Rodrigo Paz. La candidatura del presentador de televisión Freddy Ehlers cambió la dualidad de las encuestas. El entonces diputado Heinz Möeller, advirtió: “cuidado y se nos mete por las tranqueras Abdalá Bucaram” …

Y como predijo Möelller, Bucaram llegó a segunda vuelta y privó a los ecuatorianos de tener un presidente serio (pese a su carácter): Rodrigo Paz. Nebot fue afectado, además, por un exabrupto del líder de su partido, el expresidente León Febres Cordero, quien declaró “que solo las prostitutas y los delincuentes votaban por Bucaram”. Fue el inicio del final de las aspiraciones presidenciales del luego alcalde de Guayaquil.

En la política las cosas suelen repetirse. Por las tranqueras y gracias a un debate intrascendente, Daniel Noboa fue ganando espacio en las encuestas y desplazó a tres aspirantes que buscaban el balotaje: Topic (a quien le perjudicó su campaña monotemática sobre seguridad), Zurita-Villavicencio (es probable que la presencia en el debate del sucesor del candidato asesinado hubiese cambiado las cosas) y Sonnenholzner (afectó la tibieza de sus propuestas).

Noboa es un recambio generacional en una población mayoritariamente joven y protagonizó una de las mayores remontadas de la historia del país. En solo diez días pasó del penúltimo lugar de las ocho candidaturas, con el 2%, al segundo lugar con posibilidades de llegar a la presidencia.

Así, desde atrás, llegó a la segunda vuelta Daniel Noboa, heredero del más importante imperio económico del país, fundado por su abuelo Luis y consolidado por su padre Álvaro, a quien los correístas volverán a atacar con la misma fiereza como en la campaña de segunda vuelta de 2006.

Daniel Noboa enfatizó mucho en las oportunidades que no tienen los jóvenes y las posibilidades que él les puede otorgar. Su edad, su poca experiencia parlamentaria, pero cierta prestancia gerencial, pueden ser el mix que atraiga a jóvenes desencantados por quince años en los que vieron autoritarismo, populismo y pocas soluciones. Jóvenes que se mueven en redes sociales y que se acercan a un tercio del total de votantes pueden decidir al próximo presidente.

Quieren que les hablen del futuro, no del pasado que pregona Luisa González quien sostiene que “ya lo hicimos” y declara, suelta de huesos que el gobierno de Correa fue de “cero coimas”. ¿Cree que los ecuatorianos son tontos y se olvidaron de los latrocinios de la década perdida?