Sociedad y cambio

Eduardo F. Naranjo C.

El planeta muestra que los modelos de gobernanza están en situación crítica. La democracia tiene terribles — y quizá insalvables— fisuras, y las autocracias funcionan pero imponen restricciones a los pueblos. Esto parece augurar que los cambios y principios que generó la Revolución Francesa ya no alcanzan a una sociedad compleja.

El profesor Norberto Bobbio describe la “democracia y la dictadura como una antítesis”; en realidad lo son. Analiza las “diferencias entre derecho público y privado de las que deslinda las formas de gobierno sustentadas en la oposición entre el interés colectivo y el interés individual, aquí surge la sociedad civil, encargada de legitimar el poder político”.

Ofrece una descripción teórica de la realidad social, que aparentemente funcionó con altos y bajos en los últimos cien años. Sin embargo intuye el conflicto, como que el poder político puede caer en el poder privado, por lo que es necesario el equilibrio; de no ser así, habrá direccionalidad en las inversiones del Estado. A su vez la “sociedad civil” que otorga el poder a los gobernantes es infiltrada por aspirantes desprovistos de ética, permitiendo que todo el sistema se vea inundado por una oscura controversia entre lo privado y público.

La política es estudiada por Bobbio en su esencia filosófica, límite del conocimiento, por eso se torna en mensaje fundamental para el momento actual en el que la tecnología produce un desbalance de poderes cada vez mayor, entre Estado y privados, como ocurre con las grandes empresa monopólicas mundiales —que ya controlan todo y saben todo—, a las que es imposible poner orden. Algún tribunal llamó a juicio al magnate Zuckerberg sin mayor efecto.

Por otro lado, las guerras actuales y las que están por venir obedecen a intereses que de ninguna manera son los de la sociedad civil, sino de pequeños grupos con grandes y siniestros intereses.