Mujeres protagonistas del ejército ecuatoriano en Loja

Mujeres protagonistas del ejército ecuatoriano en Loja
ORGULLO. Estas mujeres representan valor y esfuerzo dentro de las filas del ejército.

En Ecuador, las mujeres forman parte del ejército desde hace 30 años. Conozca la historia de estas tres mujeres, actualmente radicadas en Loja, que son un ejemplo.

Las mujeres en el ejército han desempeñado un papel crucial en la defensa de sus países durante décadas, pero aún enfrentan desafíos únicos en comparación con sus colegas masculinos. A medida que las Fuerzas Armadas buscan aumentar la inclusión y la diversidad, la participación de las mujeres se ha vuelto cada vez más importante.

En el Fuerte Militar Cabo Minacho, ubicado en la ciudad de Loja, encontramos la historia de tres figuras impresionantes: Maryuri Intriago, subteniente de Intendencia; Paola Paredes, capitana de Sanidad; y Mercy Paredes, cabo primero de Administración General; son de las pocas mujeres que desempeñan actividades dentro de esta institución y para quienes ha sido un reto integrarse y adaptarse a la vida militar.

Experiencias

En el caso de Maryuri Intriago, de Tulcán, su preparación militar inició en 2012 junto a 29 compañeras, parte de su promoción. Sostiene que inicialmente fue un proceso muy duro por la cultura popular de “es un mundo de hombres”, sin embargo, poco a poco el medio y ella se adaptaron e incluso, se complementaron. Actualmente, desempeña actividades operativas como camex, cárcel y abastecimientos.

“Si bien ha representado un esfuerzo arduo, rescato el valor y lucha de nuestras mayores, quienes abrieron el camino para que las mujeres de mi generación puedan formarse en las filas del ejército. A su vez, hemos demostrado que no existen limitaciones por nuestro género y somos capaces de lograr cosas pequeñas y gigantes. Hemos dejado claro que podemos ser militares, mujeres y madres”, dijo.

Valor y constancia

Paola Paredes, de Nueva Loja, Sucumbíos, graduada en la carrera de Odontología, es directora del Politécnico y brinda atención dentro de su rama a los pacientes de la instrucción. Comenta que la parte más complicada, a diferencia de la vida civil, es la exigencia en el rendimiento físico. Con el pasar de los años las rutinas se han vuelto parte de su crecimiento personal y profesional.

“En lo personal ha sido una experiencia agradable y enriquecedora, poder desenvolverme en un entorno que requiere mucha disciplina. Precisamente, ha sido eso lo que me ha llevado a crecer en varios aspectos de mi vida. Por supuesto que no ha sido fácil, ya que hemos sacrificado varias cosas, pero lo llevamos con mucha madurez”, expresó.

Rendimiento físico, lo más sacrificado

Mercy Paredes, de Riobamba, ha formado parte del ejército ecuatoriano desde hace 10 años. Cuenta con un título profesional en Cultura Física; al igual que sus compañeras, para ella fue un reto adaptarse a los hábitos que requiere la vida militar, pero manifiesta estar contenta con su forma de desempeñarse en la actualidad. Además, rescata el trato igualitario que reciben para cada actividad.

“Resalto que nuestra unidad no ha visto a las mujeres como débiles y a su vez nos presta las garantías en casos como el mío. Estoy embarazada y en este proceso he recibido mucho apoyo y compresión, algo que puede no suceder en otros espacios. Con ello quiero enviar un mensaje de apoyo a todas las mujeres y animarlas a no rendirse”, agregó.

 

EL DATO

Las tres son oriundas de otras provincias, lo que demuestra su sacrificio y profesionalidad desempeñándose en Loja.