Se viene el niño

Rosalía Arteaga Serrano

Todas las oficinas meteorológicas del planeta lo están anunciando a grandes voces. Parecería que este fenómeno climatológico vendrá con fuerza y golpeará profundamente algunas zonas del globo terrestre, con mayor impacto en regiones como las latinoamericanas.

El calentamiento de las aguas del mar, la posibilidad de escasez de lluvias van a afectar seriamente la producción de alimentos, muchos de ellos que sirven para garantizar la seguridad alimentaria de los pobladores, otros para a su vez hacerlo con el suministro de productos de exportación.

Los desarreglos climáticos ya están causando estragos en muchos países y tienen que ver en varios casos con el régimen de lluvias, lo que ocasiona inundaciones en algunos casos y en otros una tremenda escasez de ellas.

Se habla ya de que este 2023 traerá récords en calores extremos, con lluvias muy graves, pero también con sequías regionales. Lo que indudablemente va a repercutir en la calidad de vida de las personas.

Hay gobiernos que están previniendo los extremos estragos que se vienen. Se establecen comisiones que analizan la envergadura de lo que se viene y se actúa en consecuencia. En algunos casos se prevé la construcción de embalses, se promueven asociaciones de agricultores para trabajos en conjunto.

En varios países se prevé que el fenómeno estará ya presente en el mes de agosto. Expertos hablan de que en el Ecuador la mayor severidad se registrará en los meses de noviembre y diciembre, cuando se sentirá el calentamiento de las aguas del Pacífico.

Esta situación puede afectar también al sector pesquero, por la escasez de capturas de peces de aguas más frías como a las que están acostumbrados los pescadores en nuestras costas.

El panorama es complicado, por lo que tanto el gobierno como las autoridades seccionales, las empresas y las personas debemos tomar precauciones y actuar en consecuencia.