Se busca presidente II

Italo Sotomayor Medina

Italo Sotomayor Medina.

En mi columna de la semana pasada apuntaba que la inacción de Lasso nos tenía de rodillas frente al crimen organizado. Decía, también, que el ego y su inexperiencia política nos están jugando en contra cuando más necesitamos del liderazgo estatal. ¿Qué opiniones recibí? Muchas y de todo color. Hay quienes se mostraban de acuerdo con mi criterio, otros que llamaban a la unidad nacional para superar esta crisis, los que quieren a un Bukele ecuatoriano, y, finalmente, los que pedían ser menos contundentes con el presidente en estos momentos difíciles. Claro, no faltaron los insultos y desafectos, de esos también hubo bastantes; sin embargo, me quedo con quienes, aunque en contra de mi postura, construyeron comentarios que merecen ser reproducidos.

La ciudadanía no es tonta y la tiene clara. Para nadie es novedad que Lasso, tras las bombas y asesinatos de hace unos días, ha cambiado su postura frente a la inseguridad. ¿Recuerda cuando hace unos meses criticaba a Bukele en su forma de combatir a los delincuentes? Bueno, esa crítica parece que no va más, pues, basta con ver el manejo de las redes sociales presidenciales para entender que el “Bukele style”, ha asomado por Carondelet: fotos de presos sin camiseta y de cara contra el piso, junto a la omnipotente imagen de Lasso ejerciendo su labor de Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas por aire y tierra. ¿Quiere más? La crítica a los defensores de los derechos humanos que, nos guste o no, incluye los derechos de esos mismos delincuentes que están hoy tras las rejas. Paradojas de la vida y de la política, ¿no cree?

Por otro lado, muchos pedían algo más de benevolencia en la crítica al presidente, básicamente por dos razones: primero, porque necesita paz para lidiar con un asunto tan complejo; y, segundo, porque es mejor permanecer unidos ante la tragedia. Es cierto, Lasso necesita meditar, tanto o más como lo hizo con la vacunación, para encontrar soluciones efectivas que nos salven de la muerte. Declarar el Estado de Excepción, disponer de recursos para equipar a la Policía Nacional y los operativos que hemos visto en Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo, parece que están consiguiendo su cometido. Aquí lo importante es entender que el Estado de Excepción dura 45 días y luego de aquello, sin poder movilizar legalmente a los militares, debe inaugurar el plan de seguridad que nos viene prometiendo. Sobre lo segundo, no entendamos equivocadamente ese llamado a la “unidad nacional”. Sí, podemos llegar a convencernos que “los buenos somos más” y que “unidos venceremos”, no obstante, no podemos guardar silencio y permanecer impávidos frente a lo que el Estado no hace. Unidad, sí, pero complicidad, jamás.

No se confundan. Desde esta columna no encontrarán a un adversario político del gobierno de turno, pero sí un crítico que, sin favor ni temor, abogará para que el presidente actúe con responsabilidad y entereza, esa que nos está haciendo falta desde hace tiempo. ¿Creen que quiero que Lasso sea nefasto en el poder? Sería absurdo, más bien le deseo todo lo contrario. Su éxito es el nuestro.

@ItaloSotomayor

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