Italo Sotomayor Medina.
Tras 18 meses de gobierno, no tenemos claro si el país se conduce desde Carondelet o desde la Penitenciaría. Es que parece que la tónica de lo que pasa o deja de pasar con nuestras vidas se decide tras los barrotes de las cárceles y no desde la sede del Estado. Es el crimen organizado el que decide el ritmo al que bailamos, aprovechando el desencuentro político y administrativo en el que vivimos; nosotros, los ciudadanos, confinados en casa, esperando que la próxima bomba o bala, no nos toque.
El martes pasado fue un día oscuro y sangriento. Tengo la impresión, aunque espero equivocarme, que empezamos a recorrer un camino del cual muy difícilmente habrá retorno. Pasamos de los asaltos de la delincuencia común, al terrorismo de explosiones y cuerpos en las calles. El narcotráfico, si no lo había dejado claro antes, ha empezado oficialmente una guerra contra el Estado. Siendo así, me preocupa que no tengamos la capacidad de respuesta suficiente para combatirlos y recuperar la tranquilidad que merecemos. Siento, como seguramente también le pasa a usted, que estamos de rodillas ante el crimen organizado.
¿Lasso? Pasó de cancelar su viaje a Disney a intentar convencernos del liderazgo que quiere empezar a ejercer contra la inseguridad, tal como quiere hacernos creer con las recientes imágenes que ha compartido (al estilo Bukele) en sus redes sociales. Las muertes, secuestros y los amotinamientos son escenarios con los que ya ha tenido que lidiar; sin embargo, la respuesta ha sido tenue, débil y sin recursos. Hoy, que va por su sexto Estado de Excepción desde que llegó al poder, se esperan y requieren resultados inmediatos, ahora que la ley le permite movilizar a los militares y los billetes que necesite para equipar y tecnificar a la policía.
Esta, en mi criterio, es la prueba de fuego de Lasso. Hace rato se desgastó la muletilla de la vacunación, por lo que es tiempo para que recule, inaugure su plan de seguridad y se ponga los pantalones que le están faltando para liderar el país. Tiene en sus manos la posibilidad de mantener con vida y evitar el dolor de millones de familias, por lo que insistir en el mismo equipo asesor y reciclar a figuras políticas de antaño, es algo que debe cambiar inmediatamente. Presidente, es hoy o nunca, deje su ego y caprichos para después, escuche a la ciudadanía e incluso a sus rivales políticos. No hay espacio para la improvisación y el desencuentro; no permita que nos sigan matando.
@ItaloSotomayor