‘Me dejaste en visto’

Rosalía Arteaga Serrano

Las tecnologías y los avances en la ciencia son responsables también de modificaciones en el lenguaje. Así, cuando se crean nuevos aparatos, o se descubren nuevas realidades, se hacen necesarias también nuevas palabras para designar esas realidades, para darles un nombre. Al comienzo puede parecer raro o estrafalario; luego, nos familiarizamos con esos nombres y hasta se transforman en lugares comunes.

Por ello, no debe sorprendernos la aparición de nuevas palabras, así como también de conceptos que tienen que ver con ese relacionamiento que aparece mediado por aparatos tecnológicos como los celulares, que tienen ya una serie de palabras que se divulgan y diseminan con innegable rapidez.

Así, ciertos “emojis” se vuelven populares de manera inmediata, esas pequeñas imágenes o íconos que nos sirven para expresar emociones, ideas, estados de ánimo; algunos tienen alcance mundial y otros pueden reducirse a zonas más pequeñas.

El envío de mensajes de WhatsApp se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad. Son elementales formas de comunicación que sirven a nuestro trabajo pero que también ayudan a mantener e intercambiar con las amistades, con los nuevos conocidos, con el mundo en general. Así, se establece que, cuando se envía un mensaje, se espera una respuesta inmediata que, si no llega, puede causar zozobra, incomodidad y hasta ciertas dosis de estrés.

Es universalmente conocido que cuando se producen dos vistos en azul, la persona a la que se le envió el mensaje ha visto el mensaje. Si transcurre mucho tiempo y no hay una reacción al respecto, se piensa y acuña que “se dejó en visto” a esa persona, con la consiguiente inconformidad e incomodidad por parte de quien espera una respuesta y siente que el destinatario del mensaje le ignora.

Me dejó en visto”, equivale a “me ignora”, “no quiere responder”, por lo que a quien envió los mensajes sin respuesta le queda la posibilidad de insistir y de desistir.