¿Qué quiere el país y qué quiere Correa?

«Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados», decía el escritor estadounidense Mark Twain. Por siglos la política usó artimañas para engañar al pueblo, propagando mentiras o verdades a medias. Darío Villanueva, crítico literario español, en su libro “Morderse la lengua: corrección política y posverdad”, dice: “en esa lucha por el poder, en la que no se cuenta la verdad de las cosas, tampoco se respeta la verdad de las palabras”.

El trío Correa-Arauz-Rabascall quiere vengarse de los que denunciaron la corrupción y otros delitos de la década robada. ¿Qué quiere Correa? Dice, “que vuelvan las obras, hospitales, escuelas, carreteras, trabajo y disminución de la pobreza”. Suena bien, pero si se lee antes en el párrafo, se pregunta ¿a qué costo?

Hay mentiras escondidas en la hoja de vida del “llavero” Arauz. La más grave, que fue funcionario público hasta 2020 (de un presidente al que ataca, pero que hasta elogiaba en Twitter, en diciembre de 2011). Fue indemnizado por compra de su renuncia por $ 27.583,33 dólares. ¿Quién, desde los 21 años, es alto funcionario y pasa diez en licencias y comisiones de servicios? Un pipón.

Arauz estuvo en nómina del Banco Central (julio de 2006-mayo de 2020), pero la mayor parte pasó en otras instituciones. De doce años ocupó hasta diez en comisiones de servicio o licencias sin sueldo y sus funciones se cubrieron con nombramientos provisionales. Antes, de octubre de 2005 a julio de 2006, el licenciado en economía colaboraba con la Casa de Bolsa del Grupo Stanford en Quito. El principal de esta organización (Allen Stanford) es culpable de estafa por $ 7 mil millones, según The Chicago Tribune.

Más mentiras: que el presidente argentino, Alberto Fernández, le ofreció 4,4 millones de vacunas contra el Covid. Presionado por la opinión pública, Fernández declaró que no hay tantas y sólo intercedería ante un laboratorio. Arauz dice que no va a desdolarizar la economía, pero habla de la desdolarización buena. Que fue exonerado por la Contraloría por contratos del festival de Artes de Loja que firmó como ministro de Cultura del correato.

Puras farsas. Recogió fondos (gente que donó más de 5 mil dólares, sin tener vivienda) para su campaña electoral. Coincide con denuncias de la fiscalía colombiana sobre contribuciones de los narcoterroristas de las ELN a Arauz, repitiendo la historia de las donaciones de las FARC a Correa en 2006. Última advertencia, votantes: si gana Arauz, será un gobierno de odio, venganza y mentiras.