Caballos de Troya…

Vivir en paz significa eso; caminar por las calles, pasear en bicicleta, tomar el autobús  o ir en un vehículo en paz, sin el sobre salto de unos vidrios locamente cerrados o las puertas aldabadas o el pendiente de mirar a todos los lados para estar listos a esquivar la delincuencia.

Vivir armónicamente es tener buenas relaciones con el resto: afabilidad, comedimiento y estar prestos a ceder el puesto de la fila a un anciano, el asiento a una dama, mujer embarazada, a precautelar la presencia de los niños por ser tales.

Vivir dignamente es todo lo anterior más la dosis necesaria de unos medios económicos como para solventar los gastos de alimentación, educación, vivienda y vestimenta.

Si no hay paz, armonía y los recursos al menos básicos para satisfacer las necesidades personales y familiares, no existe bienestar; es decir, se han perdido las oportunidades de desarrollo y lo que queda es buscar otros rumbos en los que los delincuentes no castiguen a la ciudadanía, como cosa del diario vivir; donde la violencia no signifique el reto de la convivencia ciudadana y peor aún la falta de trabajo o la imposibilidad de inversión en un estado obeso de corrupción, nos quiten la ilusión y nos suman en la iniquidad del conformismo.

No es posible graduar a jóvenes profesionales con destino a la nada, no es correcto que nuestra fuerza de producción esté en la esperanza de algún subsidio, de algún bono malicioso a cambio de apoyos incondicionales para los gobernantes rufianes y mafiosos.

No es justo estudiar una profesión para apuntar al exterior como meta de fincar la vida y olvidarse de la Patria y, entonces, en otros confines pretender una nueva existencia sin ninguna identidad, con un alzheimer inmisericorde de lo que fueron, de su infancia, de los suyos, pero eso sí, con la firme convicción de no volver jamás al país.

Es ahora o nunca cuando debemos reaccionar compatriotas. Qué han quedado de los 14 años de mayor bonanza petrolera? Talvez se ha superado la desnutrición infantil, hemos logrado implementar una verdadera educación pública de calidad o los servicios médicos y hospitalarios nos garantizan la salud?

Francamente solo hay páginas de páginas de corrupción en sus diferentes formas delictivas: cohechos, peculados, delincuencia organizada, en fin, sobran las causas y los imputados todos se cobijan bajo la misma bandera que pregona la Patria Grande…la revolución ciudadana…que le llevan a Bolívar, Alfaro y al Ché Guevara como “caballos de Troya” en los que esconden sus verdaderos intereses.