La cuenta llegará

Manuel Castro M.

Un estadista auténtico no solo administrará un país, sino que lo guiará. El pacto misterioso entre dos partidos políticos y una sociedad maléfica, pronto pasará la cuenta al Gobierno; no se conforma dicha sociedad con tener en sus diestras manos las Comisiones de la Asamblea Nacional. Su fin, para algo se reconocieron borregos, es obtener la impunidad de Correa, Glas y otros angelitos y angelitas, algunos sentenciados penalmente prófugos, otros enjuiciados y presos, todo ello para volver a captar el poder en mucho tiempo.

 El presidente de la Asamblea Kronfle apela a su indudable elocuencia y al último refugio de lo canallesco que es el patriotismo, que él llama gobernabilidad, para cumplir lo pactado con Correa -aunque lo niegue y sea calificado de mentiroso-. Así ha actuado en forma contradictoria primero al dar paso al enjuiciamiento político a la fiscal general, pedido por el correísmo, con los votos oficialistas y del PSC, y luego aprobar el respaldo de la Asamblea, con los mismos actores, a la actuación de la fiscal general en el caso Metástasis. Luego pide vacaciones para que se encargue de la presidencia la asambleísta correísta Veloz cuando se trate en sesión, con su ausencia casual, luego de ponerlo como primer punto del orden día, para tratar el enjuiciamiento penal del ex vicepresidente Glas con la respectiva moción al final, en vez de devolver por improcedente el pedido del juez Luis Rivera, quien olvidó que Glas ya no es vicepresidente de la República.

Claro que ya se aprobó la ley de urgencia económica del presidente Noboa, con el voto del correísmo, a pesar de que dijo que no estaba de acuerdo, pero se entiende que ya ha cumplido su parte. Entonces pasará la cuenta: el compromiso de destituir a la fiscal general. El PSC, una vez que ha perdido la vergüenza y varias elecciones, es capaz de hallar argumentos para cumplir lo pactado. El partido del presidente Noboa tiene que sacar la cara por la seriedad, dignidad y justicia y rechazar si existe tal compromiso. Al efecto aporta lo descubierto en el caso Metástasis. Es momento del Ejecutivo de dar un mazazo a la corrupción judicial, al narcotráfico y a los traficantes políticos. El riesgo es alto, pero debe pasar de ser espectador a ser verdadero actor. El país necesita de su buen ejemplo, con o sin muchas palabras, aunque las necesitemos.