Hoy cumpliría 90 años uno de los más importantes intelectuales del siglo XX. Su apellido aún retumba en las librerías con sus novelas y en las universidades humanistas con sus tratados de filosofía, estética, arte, Edad Media, lingüística y semiótica: Eco.
Umberto marcó a muchos escritores con ‘El péndulo de Foucault’ y ‘El nombre de la rosa’, pues desde sus publicaciones, muchos sociólogos, filósofos e historiadores que conocí en la universidad querían parecerse a él, inventando fábulas que provenían de la historia más cercana en lo geográfico, pero imposible poder estar en el mismo andarivel que este monstruo de los signos y los enigmas.
Pero su obra académica no es menos importante ni menos influyente que sus novelas, pues solo basta mencionar el ‘Tratado de Semiótica General’, ‘Lector in fábula’, ‘Cómo se hace una tesis’, ‘Apocalípticos e integrados’, ‘El superhombre de masas’, etcétera, ad infinitum con sus libros, cada uno más ilustrativo y que profundiza lo de otro.
Sus libros están entrelazados y son un gran hipertexto, no solo de conocimiento, sino en lo narrativo, pues están conectados: así ‘El nombre de la rosa’ tiene su eco en ‘Obra abierta’ y directamente con “Apostillas a ‘El nombre de la rosa’”, en donde el signo, la interpretación y las pulsiones del creador se condensan en una de las novelas más leídas y vendidas en el siglo XX, pues su estructura de relato policial ambientado en la Edad Media contiene guiños de erudición, que a la final son retos para el lector —con la finalidad de que vaya a un diccionario de latín, lo que se hace ahora con internet—.
Umberto Eco es el paradigma del erudito y su erudición tuvo que ver con la forma de cómo mirar el mundo, comprenderlo o intentar comprenderlo. De ahí que en redes solo se viraliza su sentencia sobre los idiotas y sus opiniones en medios sociales, pero afortunadamente aún no es un meme.
Hay quienes quisiéramos que nunca murieran, como un padre o un abuelo, y en este caso, Eco era de ellos, pero su magnífica obra queda y aún es muy actual, no solo las novelas, sino la producción científica y académica. Ayudó a construir más el campo de la comunicación y su vínculo con las artes.
Feliz cumpleaños, no cumpleaños, maestro de los signos encubiertos.