Ugo Stornaiolo
En los últimos 45 años seis presidentes llamaron a consultas populares. En dos casos con resultados en contra (Durán Ballén y Febres Cordero). Desde 1978 los ecuatorianos fueron a las urnas once ocasiones por temas de democracia directa, en consultas populares y referéndums. La más reciente, en 2018, convocada por el expresidente Lenin Moreno, obtuvo el sí en todas las preguntas, con algunos efectos como la integración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) transitorio, presidido por Julio César Trujillo y la imposibilidad de la reelección presidencial indefinida, lo que se agradece. No se cumplió en la pregunta sobre prohibir la participación electoral de políticos juzgados por corrupción.
La única vía de democracia directa con la actual normativa es de carácter ciudadano, con firmas del 0,25% del padrón vigente. La Corte Constitucional (CC) ya aprobó las preguntas relacionadas con enmiendas, reformas o derogatorias. El presidente confía en un triunfo, porque como dijo, “no hay candidatos ni partidos”.
En este cuestionario, lamentablemente, no se planteó eliminar el Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS), solo se pregunta si se le debe quitar sus capacidades para nombrar autoridades de control del estado. La reducción del número de asambleístas parece ser una pregunta más cosmética, porque no habría una reducción muy fuerte (de 137 a 100) y no habría un cambio tan drástico (la ciudadanía pedía bajar el número a máximo 50), así como darle autonomía a la fiscalía.
Una pregunta que genera sospechas es la relacionada con la extradición de narcotraficantes y terroristas, para avanzar en la lucha contra la delincuencia en el país. Llama la atención que, en su campaña por el No en todas las preguntas, Rafael Correa llame a votar por la no extradición. ¿Es un pacto, hay el narco-correísmo, evidenciado en fotografías y hechos dados en los últimos tiempos y desde que las FARC apoyaron a Correa, se eliminó la base de Manta y los delincuentes tuvieron facilidades para actuar?
No es apoyo ni rechazo a un gobierno muy timorato. Es buscar los mejores caminos para avanzar en reformas necesarias, como la presencia de militares para controlar centros carcelarios y la delincuencia en las calles. Las preguntas sobre los recursos hídricos y el manejo del agua parecen ser aspectos que buscan congraciar al gobierno con algunos sectores. Lo cierto es que si Correa pide votar No, los ecuatorianos deben votar sí en todas las preguntas. Cuesta descorreízar al país…