Información

Eduardo F. Naranjo C.

Si asumimos la información como ‘reducción de incertidumbre’, implicamos ‘seguridad’ y ‘certeza’; lo contrario sería ‘desinformación’, o ‘falso’ e ‘inseguro’. En tiempos de realidad virtual consumimos vorazmente lo segundo. Las redes son flujo de cuentos y distorsiones.

Tenemos dos opciones aspirando al poder que no se reflejan convincentes ante un futuro nada esperanzador, después de la debacle del Gobierno que termina sin resolver nada —exceptuando el proceso de vacunación, el resto es catastrófico, falta de inversión pública y privada y derrumbe social, dejando al descubierto la emergencia del crimen organizado como estructura cancerígena—.

El actual Gobierno decidió gastar recursos en publicidad pretendiendo dejar a las masas la imagen de Gobierno exitoso, ¿sirve de algo este gasto, que solo beneficia a algunos medios y unos cuantos ‘comunicadores’?

Duro aceptar que vivimos en una sociedad que no logra un sistema integrador y democrático de gobierno, en el sentido usual del término pues los hechos llevan a duda de que si toda la construcción teórica de los académicos sobre el tema es posible, tanto del lado liberal como del colectivista, quizá explica por qué las sociedades comienzan a inclinarse por el fascismo, que no es solución para nadie.

Si el ‘sistema’ en el que vivimos no resuelve los crecientes problemas sociales, que conducen a enormes riesgos, como lo evidencian a nivel planetario las naciones con grandes desequilibrios y marginación creciente, incremento de flujos migratorios y más, se demostrará una vez más que privilegiar diametralmente a unos y llevar a mínimos a los otros es una bomba social. Estos días se discute la huelga en ciernes de los obreros de la industria automotriz norteamericana, quienes ante la inflación reclaman mejoras salariales, lo que contrasta con los millonarios sueldos de los ejecutivos que, si bien aportan el pensamiento creador, conducen a un sistema piramidal nada democrático.