Hablar con Marco Proaño Maya es dialogar de los derechos humanos de todos, es entender que la única forma de vivir muchos años es envejeciendo; que la calidad de vida en la vejez no es únicamente problema del viejo, la familia o el Estado, sino que es un problema de todos. Defender los derechos sociales de la gente, sin llegar a la pelea ni al insulto, sino con conocimientos jurídico-sociales, es una virtud que muy pocas personas tienen. El juicio N° 0015-14-AN ganado en la Corte Constitucional en favor de los extrabajadores del IESS así lo certifica.
El promedio de vida en el Ecuador es de 72 años para las mujeres y de 77 para los varones, en medio “de una lucha constante entre la fragilidad humana y la deslumbrante ansiedad por vivir”. Cuando la identidad y la dignidad de los adultos mayores está seriamente amenazada y no son escuchados por ningún gobierno, hay alguien como el Dr. Proaño Maya que, con valor y conocimiento sabe cómo hacer respetar a los ancianos. El envejecimiento de la población debe obligar a los Estados a replantear sus políticas para asistir con responsabilidad a las personas mayores.
Los adultos mayores que no planifican su retiro se ven en graves situaciones al no saber cómo utilizar su tiempo libre. “El respeto no se limita a la demanda de pensiones dignas de jubilación”, la inexistencia de un sistema de aportes contributivos impide que puedan tener una pensión por jubilación, lo que lleva a buscar la ayuda de algún familiar, fundación u organismo estatal. La OEA en su campaña “más derechos para más personas” conmina a los Estados a la protección de los derechos humanos de las personas mayores. No es posible que la vejez sea motivo de discrimen o se convierta en una carga económica-familiar, tampoco que los ancianos sean relegados a asilos o la calle, cuando las condiciones afectivas o económicas no son las adecuadas.
La seguridad social en el Ecuador está en crisis: la falta de atención médica y medicinas en los hospitales, la corrupción denunciada, la incongruencia en el cálculo de las pensiones por jubilación, así lo delatan. Por ello se agradece contar con una persona que dirija la lucha de quienes todavía tienen voz.