Los ciudadanos aguardan, indignados y abrumados, acontecimientos en torno al contralor subrogante, acusado y ahora ”enfermo”. La inmovilidad ante un tema que tiene “elementos de convicción”, en la Fiscalía del Estado, crea sospechas; sin embargo, las “presiones” mencionadas por la funcionaria señalan que hay mucho en juego. La Fiscal General se muestra como funcionaria correcta, satisface a quienes creen en la vigencia de la ley como centro de equilibrio en una democracia funcional. En el caso “Las Torres”, ya hay un muerto en la cárcel; extraño, pero solo silencio.
La verdadera hampa tiene cuellos blancos, vive una vida de lujos a costa del dinero de todos, que no llega nunca a las arcas fiscales; solo cuentan los impuestos a las masas consumidoras e inocentes que están bastante enardecidas y acusadas de “insurgentes”. Los evasores fiscales tratan una vez más de salir a flote, en tanto pocas voces claman justicia y una lucha real contra la corrupción que carcome el país. Hay que mirar con atención a Colombia y Perú, y el resultado del eterno abandono a los sectores menos favorecidos y las burlas frontales de la justicia.