Hígado graso y sus complicaciones por el coronavirus

CUIDADOS. La alimentación y depuración del hígado es clave para evitar contagios en tiempo de pandemia.

Las enfermedades por hígado graso afectan a cerca del 25% de la población en el mundo. Esto se relaciona con la obesidad, diabetes tipo 2 y colesterol alto.

El hígado graso es una afección silenciosa que tiene pocos o ningún síntoma. Si presenta señales, puede sentirse cansado o tener molestias en el lado superior derecho del abdomen por lo que no es fácil diagnosticar.

Esta patología puede progresar a cicatrización avanzada (cirrosis) e insuficiencia hepática, lo que complica el cuadro de salud de los pacientes.

 

Atención

Las personas con enfermedades crónicas del hígado, incluida la hepatitis B y la hepatitis C, podrían tener preguntas e inquietudes relacionadas con su nivel de riesgo frente al coronavirus.

Tener mayores niveles de enzimas hepáticas puede significar que el hígado de una persona se encuentra dañado, al menos temporalmente.

Las personas con cirrosis pueden tener mayor riesgo de contraer Covid-19. Esto debido a que el hígado es el órgano inmune más importante del cuerpo y juega un rol importante en la inmunotolerancia en el eje hígado-intestino.

En los pacientes con covid severo, se ha descrito que una hiperactividad del sistema inmune puede afectar a varios órganos, incluyendo el hígado y el intestino.

Algunos estudios han demostrado que las personas con enfermedades hepáticas preexistentes (enfermedad hepática crónica) y se les diagnosticó coronavirus tienen mayor riesgo de muerte, esto frente a las personas sin enfermedades hepáticas preexistentes.

Quienes tienen hepatitis B o hepatitis C deben seguir manteniendo un estilo de vida saludable. Si tiene hepatitis B o C y está recibiendo tratamiento para su infección, es importante que continúe su tratamiento y siga las recomendaciones sobre todo en tiempo de pandemia donde el sistema inmune debe estar elevado. (CNS)

 

Cómo prevenir esta enfermedad

Opte por una dieta saludable. Elija una dieta que sea rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables.

Mantenga un peso saludable. Si tiene sobrepeso o es obeso, reduzca el número de calorías que consume cada día y haga más ejercicio regularmente.