Retos virales: la pesadilla de las ‘dietas milagro

Ninguna dieta que ofrezca resultados inmediatos es buena para la salud.
Cuidado. Ninguna dieta que ofrezca resultados inmediatos es buena para la salud.

EFE Salud . Las redes sociales son, a menudo, una fuente de inspiración, sobre todo para los más jóvenes. Sin embargo, es preocupante pensar que se viralizan ciertos retos que afectan a la salud, como seguir “dietas milagro” extremas.

Las redes sociales y los retos virales que circulan sobre todo en los reels de Instagram o 
los vídeos de TikTok se han convertido en un altavoz para las ‘dietas milagro’, que resultan 
muy peligrosas para la salud de quienes las siguen.

En el informe realizado por el Instituto #SaludSinBulos y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN) denominado Dietas milagro: promesas y riesgos, encontramos las características de estas dietas para saber identificarlas, así como sus efectos secundarios más graves y las soluciones que nos ofrecen los profesionales para mantener una alimentación sostenible.

¿Qué se considera “dieta milagro”?

Las “dietas milagro”, tal y como explican los expertos, son aquellas que prometen una pérdida de peso considerable en poco tiempo y restringen o prohíben ciertos productos o grupos enteros de alimentos.

Suelen ser monótonas y perpetúan la asociación entre el peso corporal y tener salud. Además, poseen un carácter compensatorio con las transgresiones alimentarias.

Por lo general, señala el informe, podemos identificarlas porque no aportan pruebas fiables de su eficacia y seguridad, no están pautadas por un profesional sanitario y van acompañadas de un método o libro concreto.

Estas dietas, además de tener riesgos graves para la salud, suelen tener un efecto rebote, que hace a la persona recuperar todo el peso perdido una vez la abandone.

Las “dietas milagro” más conocidas

Existen numerosos tipos de “dietas milagro”.

Algunas de las que más repercusión han tenido son las dietas disociadas. Estas se caracterizan por intentar no mezclar grupos de alimentos. Entre las dietas disociadas más conocidas se encuentran la Dieta Hollywood, la Dieta de Hay, el Régimen de Shelton, la Dieta de Montignac o la Antidieta.

Son también muy conocidas las dietas hipocalóricas desequilibradas, caracterizadas por su bajo consumo de calorías. En este grupo encontramos ejemplos como la Dieta “Toma la mitad”, la Dieta Gourmet, la Dieta Dukan o la Dieta Cero.

Por otro lado, existen “dietas milagro” cuyo objetivo es simplemente limitar o excluir ciertos alimentos. Por ejemplo, la Dieta Prittikin o la del Dr. Haa son dietas sin lípidos o proteínas. La Dieta de Scardale, la de los Astronautas, la de Hollywood, la de Atkins, la de Lutz o la de la Proteína Líquida, excluyen los hidratos de carbono.

¿Qué debemos hacer?

Si bien es cierto que las “dietas milagro” son bastante peligrosas y perjudiciales para nuestra salud, eso no quiere decir que alimentarnos de forma sana y sostenible a lo largo del tiempo sea imposible. Si lo que se desea es seguir una dieta hipocalórica, los expertos recomiendan realizar una ligera o moderada reducción de la energía diaria que vaya en función de nuestros hábitos.

Además, es importante consumir la mayor variedad de alimentos posible, sobre todo si son frescos y están mínimamente procesados.

¿Por qué las dietas no funcionan?

Cualquiera que haya hecho alguna vez una dieta conoce la dinámica: reducir las calorías, comer más verduras e ir al gimnasio (o lo que sea) varias veces a la semana. Y aunque no hay duda de que esta fórmula puede lograr una pérdida de peso a corto plazo, a menudo es difícil cumplirla. Además, una vez que dejamos de hacer dieta y volvemos a nuestros hábitos alimenticios habituales, a menudo recuperamos el peso perdido. Entonces, ¿por qué las dietas fracasan con tanta frecuencia a largo plazo?

En primer lugar, cuando las personas restringen severamente su ingesta de calorías, en realidad pueden ralentizar su metabolismo. Esto hace que sea más difícil perder peso y no recuperarlo.

En segundo lugar, eliminar grupos de alimentos completos o eliminar ciertos alimentos, puede provocar antojos y atracones. Y finalmente, la mayoría de las dietas simplemente no son sostenibles a largo plazo.

Cambia dieta por mejora de hábitos

Una de las claves para saber si una dieta nos conviene o no es preguntarse si podríamos mantener ese tipo de alimentación a largo plazo no solo sin riesgos para la salud sino encontrándonos con energía y en buena forma. Si la respuesta es negativa, es más que probable que ese planteamiento dietético no sea adecuado.

Si se desea perder peso lo primero que se debe hacer es huir de cualquier método rápido y milagroso que asegure alcanzar nuestros objetivos en poco tiempo. «Lo primordial es volver a recuperar nuestros hábitos previos, en el caso de que fueran saludable y en caso contrario ponerse en manos de un dietista-nutricionista que nos ayude y enseñe a tener una alimentación saludable», explica Miguel López, dietista-nutricionista e investigador en el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL). Asimismo, recuerda la importancia de realizar ejercicio físico, idealmente pautado por un profesional para que se adapte a nosotros lo mejor posible. 

Principales efectos secundarios

  • Cansancio y apatía.
  • Déficit nutricional.
  • Incremento del riesgo cardiovascular.
  • Alteración de la función hepática y renal.
  • Posibles problemas reproductivos.
  • Frustración y baja autoestima.
  • Desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria (TCA).