Porte de armas hace exponencial el riesgo de suicidios

Atención. Los expertos aseguran que esta decisión es inadecuada. Las armas en la casa aumentan el riesgo de suicidios con estos dispositivos.

Para Washington los recuerdos de septiembre de 2017 todavía son muy latentes, aunque han pasado casi seis años, aún recuerda que su hermano decidió quitarse la vida con el arma que tenía su papá.

 

Poco quiere hablar del tema, pues la pérdida fue tan grande que decidió mudarse de la casa de sus padres para no tener cerca los recuerdos de su hermano.

 

“En estos casos no se puede culpar a nadie, pero sí creo que si en la casa no hubiese estado ese revólver, podríamos haber hecho algo por mi ñaño”, comentó el joven de 26 años.

 

Ahora Washington es uno de los críticos a la posición del presidente Guillermo Lasso de dar paso al porte de armas a los civiles.

 

La misma posición tiene Gilberto de 43 años, cuyo padre se disparó intentando quitarse la vida.

 

En Latinoamérica la tenencia de armas por parte de civiles está permitida en países como 
Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay, 
pero se requiere una licencia.

“Antes no lo logró porque no ubicó bien la pistola, pero unos milímetros más cerca del corazón y la historia sería distinta”, cuenta el hombre, quien agrega que es una “decisión desatinada” la de permitir que la población civil porte armas, pues eso podría llevar a que quienes quieren quitarse la vida cuenten con la herramienta precisa para hacerlo.

Las cifras

 

Ese temor está latente entre la población, pues Tungurahua es una de las provincias con mayor incidencia de suicidio en el Ecuador.

 

En 2018 en la provincia se registraron 73 suicidios, en 2019 fueron 67, en 2020 la cifra nuevamente subió a 71, y el número fue aún mayor en 2021 cuando el total de muertes por este particular fue de 79, mientras que en 2022 fueron alrededor de 70.

 

La población teme que el porte de armas agrave estas estadísticas.

 

Para el médico jubilado David Soto, quien ha vivido 15 años en Estados Unidos, el porte de armas en ese país no ha sido una solución para la delincuencia y más bien ha sido agravante para otros problemas sociales, como la violencia y los suicidios.

 

Esto se ratifica cuando según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades – CDC – la tasa de adolescentes y adultos jóvenes que se suicidan en ese país aumentó un 47% en dos décadas.

 

De la Región para portar un arma en países como Bolivia, Colombia, Cuba y Perú 
se requiere de una buena justificación para acceder a un arma.

A eso se suman tres estadísticas que juntas muestran una imagen clara del papel de las armas de fuego en los suicidios estadounidenses, pues aproximadamente el 85% de las personas que usan un arma morirán; alrededor del 95% de quienes usan otros medios sobrevivirán; y un 90% de los que sobreviven no volverán a intentarlo.

Punto de vista psicológico

 

Para el terapeuta y psicólogo clínico Osca Pérez, la decisión del presidente Guillermo Lasso de permitir a la población civil armarse no es adecuada, pues la realidad psicológica y emocional del país no da para este tipo de acciones.

 

Pérez, señala que el permitir que la gente esté armada coloca a la población en un estado permanente de alerta y defensiva, pues no se sabe quién puede o no estar armado y cómo va reaccionar a una situación específica.

 

“En el país no existe un manejo emocional adecuado, por eso su población civil no puede armarse”, añadió Pérez.

 

Frente a los suicidios, el experto señaló que al tener un arma en la casa es hacerle una ‘invitación’ a la herramienta que puede utilizarse para cometer dicho fin.

 

“Si decidimos tener un arma en nuestra casa, es abrirle la puerta al mecanismo para que alguien de nuestra familia pueda quitarse la vida, por eso tenemos que analizar mucho si tomamos esa decisión o no”, insistió el psicólogo.

 

Recalca que la falta de cultura de manejo de las emociones que hay en nuestro país, hace que el peligro de que los civiles estén armados se multiplique exponencialmente.

 

Hecha la ley…

Para el sociólogo Jorge Vásquez, esta es una medida desesperada, que debió ser analizada de mejor manera.

 

Si bien es cierto que para adquirir el arma se requiere de un permiso especial, Vásquez asegura que con el nivel de corrupción del país, en donde desde los carnet de calificación de discapacidades se obtienen de manera fraudulenta, qué se puede esperar de los permisos para que los civiles porten armas.

 

A eso le añade que “los ecuatorianos ya estamos viviendo en un estado de zozobra constante y sumarle esto va a generar más pánico entre la población, lo que puede llegar a ser otro detonante de problemas de salud mental, como la ansiedad y depresión, y con las mismas herramientas que quieren que el pueblo se defienda, se usen para que las personas lleguen a tomar decisiones fatales, como quitarse la vida”. (NVP)

 

Países en América con mayor porte de arma por cada 100 habitantes

EE. UU.                    120.48

Canadá                     34.7

Uruguay                    34.66

Venezuela                18.47

Paraguay                  16.73

Honduras                  14.1

México                      12.91

Guatemala               12.13

Chile                          12.12

El Salvador               11.96

Panamá                    10.75

Colombia                  10.13

Costa Rica                10.05

Brasil                           8.29

Argentina                    7.36

Nicaragua                   5.19

Ecuador                      2.42

Perú                             1.97

Bolivia                         1.97

Fuente: Small Arms Survey

(Las últimas cifras son de 2017)