La UTA analiza la capacidad lectora en estudiantes de 13 a 15 años

Actitud. Los buenos hábitos de lectura ayudan a los niños a tener una mejor comprensión lectora.
Los buenos hábitos de lectura ayudan a niños y adolescentes.

La lectura es uno de los procesos de aprendizaje que nos acompaña desde la infancia –con un libro de cuentos, una novela infantil o una fábula- hasta la adultez.

Leer es sinónimo de adquirir conocimientos y de enriquecimiento, es una actividad que a muchos les trae tranquilidad y que se recomienda hacer con bastante frecuencia.

Con esa premisa se desarrolla el proyecto ‘Diagnóstico de la comprensión lectora que favorezca la lectura crítica en base al desarrollo de habilidades cognitivas’ que busca determinar la influencia que tiene la lectura en niños y adolescentes.

Este trabajo lo impulsa la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación (FCHE) de la Universidad Técnica de Ambato (UTA) a través de la docente Verónica Llerena quien dio a conocer que se implementaron varios test que cumplan los parámetros como: edad, función y población para tener resultados seguros.

Cuanto mejor sea la mecánica lectora, mejor será la retención.

Los niños y adolescentes se enfrentan al contenido, utilizando habilidades de inferencia, análisis crítico, atención y memoria; permitiendo un entendimiento significativo de lo que se lee.

Cómo se ejecuta

Para desarrollar el proyecto de vinculación se realizó una búsqueda bibliográfica que permitió entender de mejor forma, el estudio y el enfoque del proyecto determinado los parámetros de estudio, que en este caso será la comprensión lectora.

Capacidad Lingüística Progresiva (CPL) y PROLEC-SER fueron los test utilizados y aplicados a 224 estudiantes de los octavos, novenos y décimos años de educación básica superior.

La prueba de CLP, es un instrumento estandarizado, que permite medir en forma objetiva el grado de dominio de la lectura por parte de un niño desde el aprendizaje inicial hasta el momento en que se convierte en un lector independiente.

El test PROLEC-SER es una batería de trece pruebas para evaluar y detectar dificultades lectoras en adolescentes de 12 a 18 años. Su aplicación permite obtener información sobre los tres principales procesos de la lectura a estas edades: procesos léxicos, sintácticos y semánticos.

Para Llerena es importante impulsar este plan con la finalidad de conocer las falencias que se tienen dentro la lectura comprensiva y cómo esto afecta al proceso de aprendizaje de los niños y adolescentes.

Comprensión lectora

La comprensión lectora, permite estimular el desarrollo cognitivo-lingüístico, fortalecer el auto concepto y proporcionar seguridad personal.

La competencia lectora hace referencia al uso del lenguaje como instrumento para la comunicación oral y escrita, de representación, interpretación y comprensión de la realidad, de construir y organizar el conocimiento y autorregular el pensamiento, las emociones y asimismo la conducta.

La docente sostiene que una buena comprensión lectora es indispensable para la comprensión de cualquier asignatura, ya que la mayoría de la información a estudiar se encuentra en textos escritos.

Y por último enfatiza en que comprender lo que se lee permite acceder a conocimientos cada vez más abstractos y complejos, lo que posibilita a su vez nuevos aprendizajes y llegar a la universidad sin déficits de conocimiento acumulados y con un nivel de competencia lectora que no añada dificultades a los estudios.

Habilidades cognitivas que intervienen en la comprensión lectora
  • La mecánica lectora
  • La retención lectora (memoria visual y auditiva).
  • La atención visual y auditiva
  • La percepción visual y auditiva
  • La capacidad de inferencia: saber deducir correctamente conclusiones a partir de premisas.
  • La conciencia fonológica: saber identificar las sílabas, palabras, frases y fonemas).
Consejos para mejorar la comprensión lectora en los niños
  1. Pedir al niño que lea en voz alta

Aprovechando una lectura en familia, es aconsejable que lo animemos a acometer partes de la misma en voz alta.

  1. Elegir libros adaptados a su nivel

Cuando aún son pequeños, debemos escoger historias en consonancia con su capacidad, que le animen a adentrarse en el emocionante universo de los libros.

  1. Releer para aumentar la fluidez e interiorizar los datos

Un libro, por el hecho de haber sido ya leído, no ha terminado de cumplir su función. Precisamente, emprender de nuevo la lectura de obras conocidas, aumenta la fluidez del niño y refuerza su seguridad para seguir avanzando.

  1. Aplicar el método ‘Cloze’

Consiste en suprimir palabras de los textos, esta prueba persigue estimular la deducción mediante la elección del vocablo que debería ocupar cada espacio en blanco. Una manera muy eficaz para optimizar la comprensión lectora a través del juego.

  1. Interrumpir de vez en cuando la lectura conjunta para hacer aclaraciones

Puntualmente, extraer conclusiones implícitas en la trama es otra buena práctica para aumentar la atención y la inmersión del niño en la historia.

  1. Realizar una sinopsis previa de lo que se va a leer

Antes de iniciar un libro que entrañe cierta dificultad, es aconsejable plantear a nuestros hijos un escenario resumido de lo que se van a encontrar. Esa contextualización facilitará su introducción en la trama y disminuirá las probabilidades de frustración durante su lectura.

  1. Establecer una comunicación óptima

Es primordial que la información fluya en ambos sentidos, por lo que no debemos dejar de preguntarle cuestiones relativas a la obra ni, por supuesto, de escuchar atentamente lo que tenga que decir al respecto.

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