La Independencia de Ambato

Te contamos cómo fue el proceso independentista de la ciudad, sus próceres y las heroínas que lucharon en estas fechas. 

Ambato esperaba la oportunidad para declarar su independencia, para esto varias familias se reunían en secreto en diversos lugares de la ciudad, motivados por lo que ya ocurrió en Guayaquil el 9 de octubre de 1820.

Las intenciones de declarar la Independencia en Ambato estuvieron desde octubre, sin embargo, las cabezas de esta iniciativa fueron delatadas por el presbítero Vicente Solís, y ante el temor de ser aprisionados los patriotas decidieron actuar con más cautela.

El historiador Gerardo Nicola López, en su libro ‘Historia de Tungurahua’ tomo II, narra los acontecimientos que precedieron al 12 de noviembre, entre estos se encuentra un documento donde el corregidor de Riobamba, Don Martín Chiriboga escribe lo siguiente:

“Me parece conveniente que aumente la guarnición de Ambato porque es mala gente; y como casi todos son parientes de los Básconez, parece indispensable la cautela”.

Desde Guayaquil se envió un ejército para que apoyen en la lucha de independencia en Alausí, Riobamba, Machachi, Latacunga. Mientras tanto desde Ambato los españoles pedían a Quito enviar refuerzos para defender su cuartel y asegurar el control de la ciudad.

En Ambato el cabildeo entre los corregidores y patriotas, que hasta ese entonces eran funcionarios de la corona española, había empezado logrando que estos representantes se unan a la causa, además, de varios oficiales dentro del cuartel español.

 

El inicio de la lucha

En un inicio la idea fue que Riobamba, Latacunga, Alausí y Ambato comiencen con la batalla por la independencia el 11 de noviembre, sin embargo, no fue sino hasta el 12 que la ciudad empezó la lucha, esto debido a que el ejército de los patriotas encabezado por Urdaneta se topó con el de los realistas comandando por Fominaya que pretendía emboscarlos, librando una batalla en el sector de Mocha y obligando a huir a los españoles.

El acuerdo fue llevar a cabo el asalto del cuartel el domingo 12 de noviembre, día en que se desarrollaba la feria, para aprovechar el tumulto y pasar desapercibidos. Esperaron que las tropas reales comiencen a formar en el cuartel (hoy edificio del IESS), mientras que por la plaza de mercado (hoy parque Montalvo) se dirigieron a tomarse el cuartel con la población armada con escopetas, pistolas, palos y piedras.

Los españoles creyeron que tenían ante ellos un ejército bien provisto y armado, además, de toda la gente que vieron en la plaza y decidieron rendirse. Mariano Egüez ofreció su protección a Fominaya y lo mantuvo en su casa.

Los patriotas tomaron el cuartel, se adueñaron de las armas, municiones y mil 100 pesos que encontraron en tesorería. En ese mismo día se nombraron como jefes políticos a Don Miguel Suárez y a Don Manuel Pérez de Anda.

El ejército de Urdaneta llegó a la tarde de ese domingo hasta Ambato, donde se armó una gran manifestación de apoyo a las tropas y se pusieron a las órdenes del ejército libertador. 

Ese mismo día los moradores de Píllaro se enteraron de lo ocurrido en Ambato y se organizaron para proclamar la independencia y organizar un desfile cívico que recorrió las principales calles de la ciudad.

 

Luego del 12 de noviembre de 1820

Así como la independencia fue un proceso largo,  tampoco terminó el 12 de noviembre, pues a la siguiente semana la ciudad estuvo cerrada, los españoles regresaron y saquearon, destruyeron e incendiaron Ambato, lo que se tradujo en dos años de conflicto y de mano dura de la corona española.

Urdaneta llegaba desde Guayaquil ‘liberando’ los territorios que se encontraban a su paso, de ahí que las fechas de independencia de las provincias del centro del país son a día seguido, pero de manera inmediata los españoles rehacen sus filas y retoman el control de ciudades como Riobamba  y saquean Ambato. 

 

Enfrentamientos

Luego del 12 de noviembre Ambato sufrió duros golpes de los españoles que cortaron el paso de suministros, lo que provocó que la ciudad pase hambrunas y escases de ciertos productos que llegaban desde otras provincias, situaciones que duraron hasta abril de 1822 cuando los españoles desalojaron varios territorios.

Un punto en el que coinciden historiadores, es que la independencia no es solo de Ambato, pues hay que recordar que hasta ese tiempo todo el territorio de Tungurahua eran parroquias de Ambato.

Luego de la independencia, el Coronel García del ejército libertario marchó hacía Quito con el apoyo de soldados de Ambato y de Píllaro, al llegar a Mulaló se enteró de que un ejército real compuesto por mil hombres venía con dirección a Ambato, y decidió regresar a dar la alerta a Urdaneta y prepararse para la defensa.

Con esta alerta la ciudad quedó desierta debido a que los hombres pasaron a engrosar las filas del ejército defensor, mientras que las mujeres, niños y ancianos evacuaron Ambato y fueron puestos a buen recaudo.

 

Derrota

Urdaneta con su ejército que alcanzaba los mil 800 hombres tomó posesión de un sector de Huachi, encontrándose con el ejército español que luego de atravesar Izamba y escalar las pendientes se confrontaron el 22 de noviembre de 1820

Este ejército que se enfrentó a los españoles estaba compuesto por ambateños y pillareños, comandados por Cipriano Delgado, luego de una hora de feroz combate, el ejército libertario tuvo más de 500 bajas, mientras que el  de los españoles no pasaron de las 60 entre muertos y heridos.

Este ejército español es el que bajó hasta Ambato, quemó casas, violó mujeres, mató a niños y ancianos, además, de iniciar una feroz persecución de quienes vivían en esta tierra. Se fusilaron también a 180 prisioneros entre ellos el Cacique de Píllaro Manuel Cañar.

Un grupo de lanceros españoles fue hasta Píllaro en persecución de los patriotas, un grupo de mujeres de la localidad los recibió e invitó a que pasen a una de las casa para alimentarlos y agradecerles, aquí se repartieron panecillos y aguado de Píllaro hasta que estos quedaron ebrios, lo que fue aprovechado por los pillareños que esperaban escondidos para desarmarlos y robar sus caballos.

 

Heroína

Aquí aparece un nombre muy poco conocido, pero con un tremendo significado, Gertrudis Esparza, quien salvó a las mujeres que embriagaron a los soldados españoles que iban en persecución de los pillareños del ejército libertario.

Gertrudis reunió a perseguidos, parientes y vecinos, destruyó los puentes de Quillán, Guapante y Culapachán, fabricó un puente falso en Patsucul. Confeccionaron un grupo de muñecos a los que vistieron de hombres y ordenaron como si fueran cuadros de guerrillas, recogieron caballos y mulas, montaron sobre ellos los muñecos que simulaban un grupo de lanceros.

Al llegar el ejército desde Ambato cayeron en el puente falso, además, de disparar contra los muñecos que simulaban lanceros, fueron derrotados gracias a la iniciativa de esta heroína, de la cual se ha escrito muy poco o casi nada en la historia de la independencia.