Los caporales de Salasaka, una tradición llena de historia

Todos alrededor de la mesa antes de bendecir la comida.

Esta fiesta que se dice tiene más de 200 años se lleva a cabo en esta antigua parroquia y es parte de las tradiciones del pueblo.

El patio de la casa fue adecentado, solo quedaron los árboles grandes y el resto de maleza se quitó. Junto a la jaula donde se cría a los cuyes se instaló una tarima con carpa azul, un cable largo cruza el patio junto a un árbol de peras.

En la puerta del garaje una sierra que corta carne no para de sonar, mientras destaza grandes pedazos de res que serán utilizados para la sopa que en un par de horas será repartida a todas las personas que lleguen hasta la casa.

Adentro, a un lado de la puerta, se tienen tres grandes fogones con inmensas ollas que hierven con papas, vísceras, carne y café mezclado con panela, varias mujeres y apenas dos hombres se encargan de este espacio que se ha vuelto en el corazón de las actividades.

Dos operarios de un servicio de internet realizan instalaciones, esto servirá para que todos los actos que se hacen en la casa de puedan transmitir por un medio de la parroquia, así quienes están en el extranjero podrán ver el desarrollo de la fiesta.

‘Los Caporales’ es la fiesta que se lleva a cabo en Salasaka, se hace cada febrero y afirman que es una fiesta que tiene más de 200 años, hay varios personajes el ‘caporal’, los ‘negros’, las ‘doñas’, los ‘montados’, entre otros.

 

EL DATO
Este año los tres días de fiesta se dieron el domingo 4, lunes 5 y martes 6 de febrero.

 

Esta es la casa de la familia Ramírez, aquí Don Juan y Doña Manuelita son los anfitriones, hasta uno de sus hijos llegó desde Alemania para ayudar con los preparativos y actividades que inician un mes antes de los días precisos.

La fiesta dura tres días y es en honor al niño Dios que aquí se lo conoce como Manuelito. Durante este tiempo la familia será la encargada de alimentar y dar de beber a los asistentes, hay varias jabas de cerveza y tanques con licor mezclado con una especie de jugo.

Aquí todos comen, desde café servido con dos panes que no contienen levadura elaborado en un horno del sector, hasta sopa que puede ser de gallina para los invitados especiales y la banda, o de res y papas.

Aquí todo es parte del ritual, incluso la vestimenta que cuenta con un grupo de personas encargadas de esto.

Al terminar de vestirlo, Don Juan da algunas palabras al celular que transmite a través de Facebook live, llora al recordar que la familia no está completa y los saluda, pues están conectados.

Para quienes aceptan la responsabilidad de ser ‘Caporales’ los gastos pueden pasar fácilmente los 25.000 dólares, pues hay que tomar en cuenta todos los detalles.

Uno de los ‘negros’ mayores mientras comparte con sus amigos.
Uno de los ‘negros’ mayores mientras comparte con sus amigos.
La carne se parte en una sierra.
La carne se parte en una sierra.

 

La cocina sostiene esta fiesta, pues brindan comida a todos.
La cocina sostiene esta fiesta, pues brindan comida a todos.

 

Los miembros de la banda comen antes de que la gente comience a llegar.
Los miembros de la banda comen antes de que la gente comience a llegar.

 

El ‘caporal’ Don Juan mientras lo visten en su dormitorio.
El ‘caporal’ Don Juan mientras lo visten en su dormitorio.

 

Uno de los accesorios que usa el ‘caporal’, este es de plata.
Uno de los accesorios que usa el ‘caporal’, este es de plata.

 

El ‘caporal’ con sus amigos mientras lo visten.
El ‘caporal’ con sus amigos mientras lo visten.

 

La bocina anuncia a los ‘negros’.
La bocina anuncia a los ‘negros’.

 

El ‘caporal’ vestido antes de salir recibe la bendición.
El ‘caporal’ vestido antes de salir recibe la bendición.

 

‘Montados’ y mulas con ofrendas dan vuelta a la casa del ‘caporal’.
‘Montados’ y mulas con ofrendas dan vuelta a la casa del ‘caporal’.

 

El ‘caporal’ imponente en su recorrido.
El ‘caporal’ imponente en su recorrido.

 

El ‘caporal’ acompañado de los ‘negros’, lleva un azadón con el cabo hecho de caña de azúcar.
El ‘caporal’ acompañado de los ‘negros’, lleva un azadón con el cabo hecho de caña de azúcar.