El asesinato de Villavicencio no aplaca a un Ecuador que continúa en aparente normalidad

LUGAR. Personas trabajan en relativa normalidad en una calle de la ciudad de Riobamba. (EFE/José Jácome)

Quito (EFE) · «A dólar, a dólar», se escucha en el centro de Quito, donde la vida sigue con normalidad, a pesar del asesinato de uno de los candidatos a la Presidencia de Ecuador, Fernando Villavicencio, y donde los temores por el empeoramiento de la situación de seguridad en el país subyacen, pero no aplacan.

Sólo una bandera a media asta en uno de los Ministerios, en la céntrica plaza de la Independencia, indica sutilmente que la campaña presidencial dio un vuelco el pasado miércoles, cuando sicarios asesinaron a la salida de un mitin a Villavicencio.

Actividades

Martha Pazmiño ha acudido como cada fin de semana a su puesto de artesanías en el centro de la capital; «el que no vende, no tiene», justifica.

«Estamos todo el país consternado. Nunca en el país se esperó vivir esa situación tan grave, tan espantosa, pero aquí la gente está en las actividades normales, siempre con precauciones», dice a EFE esta comerciante que vende tapetes de ganchillo y muñecas para vestir botellas que teje su madre.

La sombra de la inseguridad

Tras el asesinato de Villavicencio, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó el estado de excepción, pero lo modificó el jueves permitiendo las reuniones. En medio de ello, Martha, como otros ecuatorianos, quiere seguir ganándose la vida.

Además, hay quien ha aprovechado el puente -el viernes fue feriado por el Primer Grito de Independencia– para salir a hacer las compras para el inicio del curso, como Alexis Carrillo, que junto a su mujer y su hija pequeña han llegado de Cayambe, una población a 70 kilómetros de la capital, para comprar útiles escolares.

«Es una situación muy difícil, nos pone a pensar sobre la seguridad y el estado social del país; todo está muy mal», dice a EFE este padre, quien, sin embargo, intenta no pensar en eso y «tratar de seguir».

Mientras los tres se comen este sábado un helado sentados en la plaza, César Bustamante pasa vendiendo jugos y agua. Este colombiano asegura que sí hay un temor de la gente a salir a la calle. Lleva 10 años en Ecuador y alega que cuando llegó «era un país muy tranquilo, sino que el país se ha vuelto en los últimos dos años violento».

El asesinato de Villavicencio ha sido comparado en los últimos días con el de Luis Carlos Galán en Colombia, el fundador del Nuevo Liberalismo y candidato para la Presidencia en 1989, que fue tiroteado en medio de un mitin en Soacha, la vecina población de Bogotá.

Entonces, miles de personas se echaron a la calle pidiendo justicia y denunciando un crimen en un año donde también asesinaron a otros dos candidatos presidenciales de izquierda: Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo Ossa.