Salinas, el paraíso azul del Pacífico para visitar en el feriado

balneario. Así se ve la playa de Chipipe desde el aire. Su belleza invita a visitarla y disfrutarla. ( Foto: salinas.gob.ec)
balneario. Así se ve la playa de Chipipe desde el aire. Su belleza invita a visitarla y disfrutarla. ( Foto: salinas.gob.ec)

A 130 km de Guayaquil y 560 km de Quito se encuentra la moderna Salinas, ciudad costera considerada el punto de partida de la Ruta del Sol, que bordea la franja costera de Santa Elena, Guayas y Manabí. Es el sitio preciso para disfrutar de hermosas playas y practicar deportes acuáticos, prácticamente durante todo el año.

Al celebrar, este 22 de diciembre, un año más de cantonización, la población y las autoridades se han preparado para alargar las festividades hasta el 31 de diciembre, cuando se despedirán el año con mucha alegría y eventos populares.

Salinas, que está ubicada en la parte más saliente del perfil costanero ecuatoriano, ha sido desde siempre considerado un importante y completo centro turístico. Allí, las actividades recreativas, culturales y ambientales están presentes durante todo el año. El hospedaje no es preocupación, porque quienes visitan el lugar encuentran hoteles, hosterías, casas, departamentos al filo de la playa, con tarifas para todos los bolsillos.

Zona de adrenalina

Este cantón de Santa Elena es llamado el ‘Paraíso azul del Pacífico Sur’, por su privilegiada ubicación geográfica. El clima es de tipo árido desértico, debido a que un tramo de la corriente de Humbolt pasa por la península, que hace que las lluvias se presenten solo de enero a abril, mientras que el resto del año es seco, con temperaturas que oscilan entre los 21 y 33°C.

Esta característica especial, sumada al comportamiento del mar con grandes olas y agua cristalina, convoca a los amantes del turismo deportivo a practicar snorkel, velerismo, buceo, tabla vela, voleibol playero, jet sky, surf y pesca deportiva de profundidad. Además es el escenario de eventos internacionales de esas prácticas deportivas.

Dentro de la gastronomía tradicional de Salinas están los cangrejos, los langostinos, los camarones, el pescado y los ceviches, que tienen mucha demanda.

MARAVILLA. La Chocolatera tiene acceso gratuito a pesar de estar dentro de una dependencia militar. (Foto: viajandox.com)
MARAVILLA. La Chocolatera tiene acceso gratuito a pesar de estar dentro de una dependencia militar. (Foto: viajandox.com)

Aventura natural

La oferta en Salinas no solo es playa y deportes acuáticos, sino también naturaleza, sobre todo dentro de la Reserva de producción de fauna marino-costera Puntilla de Santa Elena. Allí existen senderos y señalética adecuada que conducen a tres puntos importantes: El Morro, La Chocolatera y la Lobería.
En el cerro El Morro, en la parte más alta, hay un mirador, desde donde se tiene una vista espectacular de toda la península. Aquí también se observan aves, más de 30 especies que habitan en la zona.

Y quien llegue a Salinas no puede dejar de visitar La Chocolatera, llamada así debido al tono chocolate que tiene el mar. Esto por la convergencia de las corrientes; estas hacen que las aguas choquen con las grandes rocas y levanten la arena desde el fondo, formando un espectáculo único, que se complementa con la formación de múltiples arcoíris. La Chocolatera, que se encuentra en la punta más saliente del perfil costanero, dentro de la Base Naval, cuenta con mirador, senderos e información para autoguianza.

En la misma instalación militar está La Lobería, sitio en el cual predominan grandes rocas, sobre las cuales descansan más de 20 lobos marinos.

Sin duda, Salinas es el sitio especial que busca para disfrutar de unas buenas vacaciones. (CM)

Playas cercanas

Pero si el deseo es disfrutar de los balnearios naturales y bañarse en sus temperadas aguas, a muy pocos metros de Salinas está Chipipe. Se trata de una playa de arena fina, donde la diversidad de actividades recreativas y deportivas y la entretenida vida nocturna la hacen un sitio muy concurrido.

Mientras que en San Lorenzo las olas más grandes, propicias para el surf y el gran lecho rocoso conocido como ‘las pocitas’, donde el mar forma piscinas de agua salada, son aprovechadas por grandes y pequeños.

En tanto que en Mar Bravo se disfruta de las puestas de sol más románticas, por la intensidad con que se tiñe el cielo y por ser una zona que casi siempre se encuentra libre de nubes. Aquí está prohibido bañarse por las enormes olas que vuelven peligroso al mar.