En el sector de El Triángulo, al ingreso al Cantón Rumiñahui, artesanos de la construcción esperan con las llaves de tubo, combos y puntas de acero, que alguien los contrate para poder llevar el alimento a sus casas. Hay jóvenes y personas de la tercera edad que esperan una oportunidad.
EL DATO
Unas 50 personas deambulan entre semana por el Centro Comercial a la espera de alguien que los contrate.Luis Pachano es maestro albañil, ejerce este oficio desde pequeño y ahora lamenta que por su edad, 65 años, ya nadie lo contrate. “No tenemos trabajos, todos los días esperamos que alguien nos tome en cuenta, así nos mantenemos hasta pasado el mediodía”, dijo.
Alfredo Guachamín, también de la tercera edad, tiene 62 años y corrobora que se los mira con desinterés. Cuenta que los lunes no hay ni como transitar por la vereda, que se llena de gente que no tiene trabajo. “A los viejos ya no voltean a ver, ni para las chauchas”, aseguró.
Pueden hacer muchas cosas
Los albañiles aseguran tener conocimiento en todo lo relacionado a plomería, electricidad, lectura de planos. Cuentan que la gente se niega a pagar el mínimo que es 25 o 30 dólares el diario, que prefieren a personas que les cobran 60 dólares por la semana.
Ángel Galeas, trabajador más joven, opina que el mismo albañil se ha hecho mala fama, que cuando les contratan no hacen bien su trabajo y por eso ya no les vuelven a llevar. En su caso, manifestó que tiene sus clientes, que lo llaman y lo buscan y que cobra 40 dólares el día. (PSD)