“Nuestro deber y vocación es salvar vidas”, expresa Lucio Pillajo al ser consultado sobre el significado y compromiso que representa el ejercicio profesional de la medicina, profesión catalogada como una ciencia relevante ya que es la rama que permite aliviar los malestares de la humanidad.
Pillajo no pierde la humildad y fe al señalar que el primer doctor es Dios; y que el grupo humano que ejerce esta profesión es solo un instrumento altamente capacitado para luchar contra una gran muralla llamada enfermedad, la misma que cada vez se vuelve más compleja con el brote de nuevos virus.
Médico cirujano y con un post grado en medicina tropical, esa es la carta de presentación de Pillajo, quien dice que su vocación para vestir el mandil blanco le nació desde su niñez. En la actualidad brinda sus servicios profesionales en Santo Domingo donde ha consolidado 25 años de atención médica a la ciudadanía de esta localidad, logrando que su profesionalismo sea destacado y aplaudido por la población.
Asegura que su profesión requiere constante capacitación ya que la ciencia evoluciona constantemente y tienen que estar a la par del modelo de estudio adquirido por los nuevos médicos, quienes en su malla curricular de estudiantes han sido capacitados en materias que antes no se dictaban.
“Hoy en día han surgido enfermedades y virus mixtos. Nos es lo mismo tratar una tuberculosis antigua que una actual”, señala el doctor, mientras asegura que eso los obliga a leer y capacitarse continuamente para poder diagnosticar acertadamente a los pacientes, ya que en la actualidad existen parásitos, bacterias y micro plasmas que atacan silenciosamente y eliminan la salud de las personas. (JD)
Tiempos difíciles
El galeno no oculta la preocupación que embarga a todo su gremio, pues desde hace años atrás han registrado una lucha constante para solicitar que se erradique lo estipulado en el Código Integral Penal (COIP) con referencia a la práctica médica, ya que constan artículos como el 146 que dice que un profesional será sancionado con cárcel de tres a cinco años si la muerte se produce por acciones innecesarias, peligrosas e ilegítimas.
DATO
Lucio Pillajo también se desempeña como presidente de la Asociación de Médicos en Santo Domingo.