Los políticos y la sociedad se niegan a ver la gravedad de la situación. Sin más IVA y menos subsidios, no habrá financiamiento, la falta de pago será masiva y llegaría la desdolarización.
La permanente estrechez fiscal en el Ecuador se ha traducido en recurrentes atrasos del Ministerio de Economía con los gobiernos seccionales, la seguridad social y proveedores del sector privado.
También ha dado lugar a varias reformas tributarias que han buscado generar recursos adicionales al fisco de manera temporal, sin atacar el desequilibrio estructural.
La crisis actual es mucho más profunda de lo que el sector político cree y amenaza con llevarse por delante al propio sistema monetario. Además, la lucha contra el narcocrimen añade gastos adicionales a ese crónico desbalance.
Según Augusto De la Torre, economista y exjefe para América Latina del Banco Mundial, si se analiza el promedio, desde 2016 a la fecha, de las finanzas del Presupuesto General del Estado, se verá que los ingresos están en alrededor a $23.000 millones por año; mientras los gastos promedian los $30.000 millones.
Esto sugiere que estructuralmente tenemos un Estado desfinanciado en el orden de $7.000 millones por año. A veces es menos, a veces es más. A esto se suman los gastos adicionales por seguridad. Por eso, las medidas ‘parche’ nunca van a dar resultados.
En este escenario, y cuando ya se registran problemas para pagar los sueldos de los empleados públicos, seguir pateando la pelota para después podría llevar a la quiebra definitiva al Estado ecuatoriano.
“Hay políticos, sobre todo en la Asamblea, que repiten que existen otras alternativas; pero esas alternativas son insostenibles en el largo plazo e insuficientes. No hay otra salida en el corto plazo que subir el IVA al 15% y eliminar los subsidios a los combustibles. Eso exige un sacrificio de muchos sectores, pero no precisamente de los más pobres”, dijo Osvaldo Hurtado, expresidente de la República.
Si no se toman esas medidas, al Ecuador se le cerrarán los mercados internacionales de crédito, vía los organismos multilaterales, y se abre la puerta a un contagio a toda la economía y el sistema financiero.
“El presidente Noboa, con un nivel de aceptación del 80%, es un presidente con poder. Debe usar ese poder para hacer lo correcto, aunque sea impopular. Puede ser que pierda la reelección en 2025, pero en cuatro a cinco años todos le van a reconocer que fue quien salvó la economía del país”, puntualizó Hurtado.
Escenario negativo
El incremento de tres puntos de IVA generará ingresos por entre $1.300 millones y $1.400 millones. Eso ayuda a achicar la brecha fiscal, pero claramente no la elimina.
Esa brecha seguiría en alrededor de $10.000 millones este 2024. Pero esta medida sería una buena carta de presentación con los multilaterales. Daría el mensaje de que Ecuador quiere ayuda, pero está dispuesto a ayudarse a sí mismo con medidas que implican un sacrificio social.
“La consecuencia económica de una quiebra estatal va a ser infinitamente peor a la que podríamos tener sobre el consumo en caso de aumentar el IVA. El efecto negativo de no pagar a funcionarios públicos, personas pobres y proveedores del Estado va a ser muchísimo mayor y puede terminar afectando a otros sectores de la economía como el sistema financiero”, afirmó José Hidalgo Pallares, de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).
De acuerdo con De la Torre, actualmente el país no está para gradualismo. A corto plazo debe subir el IVA y eliminar los subsidios a los combustibles, incluyendo el diésel. De lo contrario nadie le prestará al país y a la bancarrota estatal puede seguir la desdolarización.
Dolarización en riesgo
Existen varias maneras de cómo se podría desmantelar el sistema de dolarización. “A ningún político le interesa que la dolarización caiga. El presidente quiere que se mantenga, los ecuatorianos quieren que se mantenga. No es una cuestión de voluntad, sino que a lo mejor las circunstancias nos obligan y nos vamos a la desdolarización no porque queramos, sino porque resbalamos hacia ella”, apuntó De la Torre
Las tres vías para la desdolarización con un Estado quebrado son las siguientes:
1 El fisco, ante la falta de recursos por la imposibilidad de concretar medidas de corto plazo y acceder a financiamiento externo, puede empezar a hacer pagos con algún tipo de papel o pagaré de corto plazo; e incluso puede decirle a la gente que no solo sirven para transar en el mercado, sino que también se puede usar para pagar impuestos.
Una muestra de esto, de acuerdo con Pachano, ya ha pasado con los jubilados del sector público. El Estado desde hace tiempo ha dado bonos como pago de las compensaciones jubilares que les debe. Eso es la introducción de un Instrumento financiero que reemplaza a la incapacidad monetaria del Estado de poder cumplir sus obligaciones.
Nuestros jubilados, si tienen necesidades inmediatas, van al mercado de capitales y tratan de negociar esos papeles con el descuento que puedan conseguir. Eso se ha convertido en una cuasi moneda de cambio de circulación casi obligatoria por esta situación de quiebra del fiscal.
“Si no corregimos el problema fiscal, esto se va a multiplicar y a mí no me llamaría la atención que el día de mañana a determinados proveedores les ofrezcan algún tipo de papel o inclusive a los propios servidores públicos les digan que no les pueden pagar con los dólares que tiene depositados en el Banco Central, porque ya no los tiene, y les ofrezcan papeles”, aseveró Pachano
2 Otra manera es que se haga un cambio legal para que el Banco Central emita algún tipo de moneda electrónica.
3 Una tercera opción, que está más escondida, pero es importante, es que se imprima dinero de la nada a través de un préstamo del Banco Central al fisco.
De la Torre afirmó que no le caben dudas de que en momentos de angustia habrá voces que pidan ese tipo de préstamos del Banco Central.
“En la Asamblea existen partidos como la Revolución Ciudadana y el Partido Social Cristiano que me da la impresión de que están viviendo en Marte. Están hablando como Alicia en el país de las maravillas. Es importante que el presidente joven y bien preparado sienta que tiene apoyo de la sociedad civil y presione para que las medidas urgentes se hagan antes de que la crisis se profundice”, concluyó De la Torre. (JS)
“El presidente Noboa, con un nivel de aceptación del 80%, es un presidente con poder. Debe usar ese poder para hacer lo correcto, aunque sea impopular. Puede ser que pierda la reelección en 2025, pero en cuatro a cinco años todos le van a reconocer que fue quien salvó la economía del país”. Osvaldo Hurtado, expresidente de la República.
¿Quieres recibir las noticias más importantes? ¡Suscríbete sin costo, recíbelas por WhatsApp! Da clic aquí