Petroecuador culpa a indígenas de caída en la producción de bloque petrolero

Los sabotajes y cierres de vías de la comunidad Waorani de Dikaro, que se mantienen durante más de un mes, han dado como resultado la reducción de 3.500 barriles diarios en el bloque 16-67. Los ataques a infraestructura petrolera se multiplican.

La petrolera estatal ecuatoriana Petroecuador acusó este sábado a un grupo indígena de la Amazonía por el apagón registrado en un campo que opera en esa región y que ha supuesto una reducción de unos 3.500 barriles diarios en la extracción de crudo.

Petroecuador aseguró a través de un comunicado que debido a «reiterados actos vandálicos atribuidos a integrantes de la comunidad Waorani de Dikaro», que habitan en la zona de la estación «Amo A», en los llamados bloques 16-67, en la provincia amazónica de Orellana (este), «se registra una pérdida estimada diaria al momento que bordea los 3.500 barriles de petróleo crudo».

Según la petrolera, indígenas de esa comunidad -que reclaman por la reparación de antiguas contingencias ambientales en la zona- habrían cerrado de forma deliberad la válvula de un oleoducto, lo que habría interrumpido el proceso de bombeo o transporte de crudo.

Además, pueden haber ingresado a una de las plataformas para provocar un corte de energía, lo que pudo causar el apagado de los pozos de producción de crudo.

La estatal advirtió que, además del impacto en la producción, «estas acciones vandálicas implican un alto riesgo para quienes las ejecutan y generan una grave afectación a la infraestructura, que podría derivar en derrames de hidrocarburos o incidentes industriales graves».

«En caso de que no se pueda abrir la válvula indicada, Petroecuador deberá proceder en los siguientes seis días al apagado gradual de los pozos en la zona Sur, hasta el cierre total de los campos de Amo, Daimi, Iro y Ginta, con una pérdida diaria estimada de 11.500 barriles de petróleo crudo», añadió.

Petroecuador está a cargo de los bloques 16-67 en la zona de Dikaro desde el pasado 1 de enero de 2023, cuando recibió la orden de operación luego que el Gobierno del conservador Guillermo Lasso decidiera no negociar la renovación de un contrato con la privada Petrolia, filial de la canadiense New Stratus Energy (NSE).

Desde que la petrolera estatal asumió el mando de esos bloques, las acciones de sabotaje se han multiplicado. Al inicio fueron bloqueos de las principales rutas de acceso, lo que obligó a transportar trabajadores, insumos y materiales por helicóptero.

Pero luego se sumaron acciones más violentas como las denunciadas este 11 de febrero de 2023. El problema, sin embargo, no se concentra en los bloques 16-67, sino en muchos más.

En una nota del pasado 2 de febrero de 2023, LA HORA contó que Atentados, asaltos a mano armada y robos en instalaciones petroleras se cuadriplicaron desde enero de este año.

Además, este diario también contó como la comunidad Waorani también intentaron imponer un extenso pliego de peticiones, que incluía bonos de $5.000, afiliaciones al IESS de todos los habitantes, entre otros temas, como condición para dejar de sabotear las operaciones.

En su momento, el ministro de Energía, Fernando Santos Alvite, dijo que esas peticiones eran excesivas; pero aseguró que se estaban buscando acercamientos para solucionar el problema.

En un último comunicado, Petroecuador dijo que el ministro Santos Alvite  lidera un comité integrado por representantes de varias carteras de Estado para intentar «dar una solución integral a la medida de hecho». (EFE/JS)

 

DATO.- Ecuador produce unos 530.000 barriles diarios de crudo, el 75 % de los cuales pertenecen a Petroecuador, mientras que el resto se reparten entre operadoras privadas.