Noboa tendrá solo 45 días de “luna de miel” para dar señales claras de que su Gobierno representa un cambio y generará resultados.

Mandatario. Daniel Noboa comenzó a dar pistas de su ruta económica durante su viaje a Estados Unidos.
Mandatario. Daniel Noboa comenzó a dar pistas de su ruta económica durante su viaje a Estados Unidos.

El mandatario no tendrá los típicos 100 días para enrumbar su gestión. Los plazos se acortan en una gestión de 540 días que hereda un país en crisis.

En términos normales, con un Gobierno elegido para cuatro años, se tiene los primeros 100 días, también llamados de ‘luna de miel’, para dar los primeros pasos firmes y aprovechar la popularidad con el fin de marcar la cancha de todo el mandato.

Sin embargo, en las actuales circunstancias de Ecuador, con un nuevo Gobierno que iniciará el 1 de diciembre de 2023 y tendrá una duración de 540 días, el escenario cambia.

Según Fausto Ortiz, exministro de Economía, no existe tiempo para la clásica ‘luna de miel’ de 100 días. Por eso, el presidente electo, Daniel Noboa, tendrá que imprimir su sello y establecer claramente los cimientos de su gestión en un máximo de 30 a 45 días.

Así, con una sociedad agobiada por los problemas de seguridad, económicos e incluso de apagones eléctricos, Noboa tendrá un tiempo cortísimo para mostrar que realmente representa un cambio con respecto a su antecesor (Guillermo Lasso) y puede generar resultados.

En 30 o 45 días no se puede construir grandes infraestructuras o acabar con la delincuencia, pero sí se pueden hacer anuncios, encaminar la aprobación de al menos un par de leyes que demuestren un “camino claro y que el nuevo Ejecutivo no viene a calentar el puesto”, aseguró Ramiro Castañeda, economista y consultor con experiencia en bancos de inversión.

Noboa parece tener clara esa urgencia, por eso, durante reuniones con organismos internacionales, ya habló de la necesidad de acceder a un crédito puente de manera inmediata para poder anunciar su plan de reactivación de la obra pública y cumplir con algunas de sus principales ofertas de campaña.

A continuación, se detalla los principales retos de Noboa en sus primeros 45 días de gestión:

1 Transparentar la situación y mostrar un plan de acción creíble. Antes del 1 de diciembre de 2023, Noboa y su equipo deberían trabajar a contrarreloj para establecer prioridades, plazos y fuentes de financiamiento.

Esto para llegar al primer día de mandato con un plan creíble que contar a los ecuatorianos, con acciones concretas que puedan ser verificadas en el tiempo.

Para eso puede servir el crédito puente que pide Noboa, que no es más que una especie de desembolso anticipado e inmediato de un programa de financiamiento extendido que deberá concretarse posteriormente en el transcurso del mandato.

A la par, el nuevo Gobierno debe tener clara la situación fiscal y comunicar a la ciudadanía. En otras palabras, poner en blanco y negro cuánto se tiene de ingresos, cuánto de gastos, junto con las prioridades de una corta administración de menos de 600 días.

Según el exministro de Economía, Mauricio Pozo, el fisco sufre de tres problemas: liquidez, financiero y de gestión.

“No tiene liquidez, gasta en exceso y no puede ejecutar el gasto, a veces por falta de plata y también por incapacidad de ejecución. Se necesita más deuda, lamentable, bajar la obesidad estatal y mejorar la gestión”, dijo.

Eso debe comunicar de manera clara Noboa y establecer en dónde se debe enfocar el gasto para sortear problemas crecientes como la inseguridad y la falta de infraestructura.

Es decir, establecer pocas metas que sabe que se pueden cumplir y ser verificadas por la ciudadanía.

Esto no solo servirá de cara al país, sino también para convencer a los multilaterales de que se tiene un plan serio. De esto dependerá cuánto dinero estén dispuestos a prestar a Ecuador.

2 Elegir bien las primeras batallas en la Asamblea. Durante su actual agenda en Estados Unidos, Noboa ha anunciado que la primera ley que enviará a la Asamblea, en diciembre de 2023, sería una reforma tributaria para aumentar ingresos en el Estado.

La segunda, durante los primeros días de enero, sería una ley relacionada al sector eléctrico.

En el caso de la reforma tributaria solo se saben detalles generales, pero según lo que dijo en campaña podría tener dos componentes:

Por un lado, una nueva tabla de pago de impuesto a la renta de personas, donde realmente pague más el que más tiene. Su objetivo sería que el porcentaje más alto de impuesto a la renta llegue al 40%, es decir, tres puntos más que el 37% actual. Por otro lado, un impuesto a la renta de las empresas menor y fijo en 22%, de la mano de mayores controles contra la evasión incentivos tributarios por la contratación de nuevo personal y rebaja del IVA para sectores como la construcción.

Noboa discutió con bancos de inversión como Barclays sobre su reforma tributaria durante su actual periplo por Estados Unidos. Ahí dijo que no incluiría subidas de impuestos, pero Castañeda puntualizó que una propuesta así sería inviable.

“El problema es que una reforma tributaria realista puede convertirse en un factor de impopularidad (como ocurrió con Lasso) y, además, tener fuerte oposición en la Asamblea”, añadió.

“Se debe pensar bien cómo venderla ante la ciudadanía, explicando la necesidad y los beneficios; y también cómo negociarla en una Asamblea fragmentada. A lo mejor la primera ley debería ser una que genere consensos inmediatos y no sea tan polémica; pero, por otro lado, se necesitan urgentemente más ingresos”, aseveró.

3 Establecer al menos una meta que ilusione. En el caso de Lasso, los primeros días de gestión fueron exitosos porque se enfocaron en una meta ilusionante y medible como la vacunación contra la COVID-19. Eso aglutinó a ciudadanos, empresas y Gobierno.

Noboa debe identificar y vender una meta que, aunque puede parecer a simple vista sencilla, tenga el poder de emocionar y llamar a los ecuatorianos a la acción.

En temas económicos y en otros ámbitos como la seguridad, lamentablemente los resultados no pueden ser inmediatos, pero se puede hacer un llamado para impulsar reformas vía consulta popular, de acuerdo con Giovanna Rivas, abogado laboral.

“Destrabar el tema del empleo puede ser un factor aglutinador si se vende bien y se tiene una estrategia clara de por qué se necesitan los cambios”, puntualizó Rivas. (JS)